Con 144 votos a favor y 8 en contra, se convirtió en ley la iniciativa que permitirá reducir la velocidad máxima en zonas urbanas de los actuales 60 km/h a 50 km/h.
La medida es crucial para la seguridad de tránsito de nuestro país, principalmente a favor de los usuarios vulnerables como los peatones y ciclistas que representan el 42% de las víctimas fatales.
Hasta hoy Chile es el único país de la OCDE con una velocidad máxima urbana mayor a los 50 km/h y uno de los dos que observó aumentos de la mortalidad en siniestros viales, dentro del periodo comprendido entre 1995 y 2007.
La ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt señaló que esta baja generará una diferencia, ya que el 30% de los accidentes fatales está asociado a la velocidad con lo cual es la principal causa de muerte en el tránsito en nuestro país.
“Es un paso importante que permitirá disminuir los accidentes de tránsito y concientizar a las personas de que la velocidad es un factor riesgoso en la conducción. Por lo mismo, creemos que esta medida debe ir acompañada con una fiscalización adecuada y con campañas de prevención que se realicen de forma constante”, señala la secretaria de Estado.
Para lo anterior, el Gobierno impulsa la creación de un centro automatizado para detectar infracciones de tránsito mediante telerradares. Con eso se estima que aumentará la capacidad fiscalizadora (hoy Carabineros detecta de 3 cada 10 mil faltas) y se generará un efecto disuasivo que podría reducir hasta en 40% las muertes por accidentes, como se ha observado en países que han implementado sistemas de cámaras, como Francia o España.
El aumento de la velocidad legal máxima en zona urbana se implementó en 200. El cambio significó, al año siguiente, un 29% de aumento de los accidentes urbanos y un 25% de aumento de los fallecidos. Por este antecedente, se estima que la baja podría generar hasta 25% de reducción en las muertes o lesiones graves por siniestros viales.
“Estamos muy contentos que esta noticia, como Gobierno, hemos insistido en las campañas preventivas, advirtiendo el peligro del exceso de velocidad al conducir, pero con esta ley creemos que habrá un cambio efectivo en los conductores. Cabe consignar que esta reducción de velocidad no implica una mayor congestión. Hemos sabido que la experiencia internacional muestra, por ejemplo, que pasar de 50 a 30 km/h no afecta significativamente la capacidad de las vías. Los estudios indican que una reducción de 10 km/h en el límite de velocidad, lleva a una disminución de sólo 2,5 km/h en las velocidades medias”, acotó el Seremi de Transportes, Juan Fuentes.
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