Fuerzas del gobierno asediaron e incursionaron este domingo con violencia varias zonas de la combativa Masaya, al sur de Nicaragua, causando varios heridos en un “grave” recrudecimiento de la represión contra las protestas, que dejan en tres meses más de 270 muertos.
“Van a destruir Masaya, está absolutamente rodeada” por fuerzas gubernamentales, dijo a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
Los pobladores del aguerrido barrio Monimbó de Masaya resisten el ataque de los antimotines y paramilitares “con piedras y bombas caseras”, dijeron habitantes de la zona.
“Nos están atacando la policía nacional y parapolicías encapuchados y armados con AK y ametralladoras a nuestro barrio indígena de Monimbó”, denunció Álvaro Gómez, un poblador del lugar.
“La situación es grave, necesitamos abrir un corredor para evacuar heridos, se nos esta muriendo la gente”, advirtió desesperado el secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Alvaro Leiva.
Leiva lanzó un “SOS” a los obispos de la Conferencia Episcopal, al alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El arzobispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo en Twitter que observadores internacionales “están yendo a la zona de los pueblos blancos y de Monimbó para lograr soluciones pacíficas y proteger a la población”.
La incursión se produce en medio de la ofensiva que el gobierno emprendió a inicios de julio para “limpiar” a punta de balas las barricadas que los manifestantes levantaron en las principales carreteras y ciudades del país en el marco de las protestas, que dejan mas de 270 muertos desde el 18 de abril.
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