Más de un millón de chilenos sufre ansiedad y 850 mil tiene depresión, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La ansiedad es una emoción normal que se experimenta frente a la percepción de una amenaza, en algunas situaciones tiene una connotación positiva pues obliga a tener una conducta de adaptación rápida.
Normalmente la ansiedad desaparece tan pronto se resuelve la situación que la gatilla. Sin embargo, hay veces en los que la ansiedad permanece y es lo que en psiquiatría llaman “ansiedad anormal o patológica”.
Según explica el Médico Psiquiatra, Dr. Roberto Amon, en el encuentro de Expertos de Ansiedad Organizado por Synthon y Psiquiatria.cl, “los cuadros de ansiedad que permanecen en el tiempo son los que afectan el diario vivir de las personas y son los que debemos tratar con el fin de devolver el equilibro a la vida de los pacientes. En nuestro país más de un millón de chilenos sufren este tipo de patología. Afortunadamente, hay tratamientos eficaces con antidepresivos con propiedades antiansiosas y ansiolíticas”.
Hay distintos trastornos de ansiedad: de pánico, de ansiedad generalizada, de ansiedad social y fobia específica. En el caso de las crisis de pánico, estas se producen en forma espontánea y no por una razón específica, alcanzan su máxima expresión en pocos minutos.
En estos pacientes siempre estará el temor de sufrir nuevas crisis. En el trastorno de ansiedad generalizada la persona experimenta preocupaciones difíciles de controlar. Siempre se relacionan con temas personales.
El trastorno de la ansiedad social, el más frecuente entre los chilenos, se produce ante situaciones sociales, en especial, cuando se está frente a personas desconocidas o de autoridad.
En el caso de la fobia específica, las personas experimentan un miedo extremo e irracional en respuesta a algo puntual como volar, las alturas, las arañas, etc. Se le considera un problema cuando impide una vida normal.
Algunos consejos para enfrentar la ansiedad y el estrés son:
- Tomarse 15 a 20 minutos para estar tranquilos, respirar profundo y pensar en una situación placentera.
- Aprender a aceptar las cosas que no pueden cambiar. Focalizar la atención en los positivo.
- Realizar actividad física, por lo menos, tres veces por semana.
- Llevar una dieta balanceada. Limitar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco porque favorece la ansiedad y afecta la calidad del sueño.
- Organizar adecuadamente el tiempo y horarios. Aprender a decir que NO.
- Ser tolerante y flexible
- Sonrer, una dosis regular de entusiasmo y humor es un poderoso antídoto contra el estrés.
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