Si hablamos de estilo, será difícil ponerse de acuerdo, ya que cada hincha tiene su propio y legítimo sentir futbolero. Si nos referimos a lo práctico, es imposible discutir a un entrenador ganador, campeón y competitivo al nivel de Luis Marcoleta.
Pero el tema va un poco más allá. Las declaraciones del entrenador reflejan una relación que no termina por cuajarse entre los que están dentro y fuera de ña cancha. Esto no es nuevo.
Casos emblemáticos como La Serena de los ’80 con Luis Santibáñez, la Univesidad Católica de Pellegrini en los ’90, el Colo Colo de Arturo Salah y así muchos equipos que han conseguido logros sin ser brillantes. Y al contrario, equipos espectaculares que no han podido conseguir logros como ha sido el fútbol holandés, entre otros.
Entonces la pregunta es: En qué quedamos?. Lo ideal sería jugar a pleno lujo y golear todos los partidos, pero no existe eso en el mundo del fútbol, de tal manera que aterrizar ese paladar y conjugarlo con las expectativas en la tabla de posiciones suena lo más prudente.
En la Primera B sobre todo, donde el logro del objetico, que no es otro que ascender, es lo único que sirve.
CD La Serena está en la pelea y luchando por conseguir esa meta; no es fácil conjugar las tres G y mientras al menos una de ellas (Ganar) se sostenga habrá que darle la derecha al DT.
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