Oriundo de La Higuera, Ismael Enrique Aquea Peña cumple 104 años este viernes 23 de agosto, pero los celebrará el domingo junto a sus hijos, nietos y bisnietos en el Hogar la Visitación de María de Fundación las Rosas, lugar al que llegó hace siete años.
Su infancia tuvo olor a campo, a jugar con las gallinas, disfrutar el cielo azul y hacerse cargo de tareas propias del lugar para ayudar a la familia. Poco después de nacer, se trasladaron con sus padres y hermanos al sector del Arrayán.
Tercero de ocho hermanos, tuvo responsabilidades de grande desde pequeño. Con sólo 15 años debió viajar a La Serena para cumplir con el servicio militar. Al poco tiempo se casó y de su matrimonio tuvo una hija, sin embargo, producto de una enfermedad, su señora murió y quedó viudo. Para buscar un mejor pasar viajó a Chuquicamata donde estuvo unos años y juntó el dinero suficiente que le permitió instalar una licorería en La Serena. Corría 1947 y con un mejor pasar, volvió a contraer matrimonio. En este nuevo hogar, con su hija mayor y nueva esposa, concibió dos hijos más, que al correr los años se transformó en una numerosa familia, ya que Ismael tiene 8 nietos, 14 bisnietos y 4 tataranietos.
Precisamente parte de su descendencia, lo acompañará este domingo 25 de agosto en el Hogar de la Fundación Las Rosas para celebrar su cumpleaños. “Mi papá llegó en septiembre del 2012, producto de una demencia senil muy avanzada y las dificultades que teníamos para cuidarlo”, señala su hija Isabel Aquea, “pero aquí ha encontrado un segundo hogar y lo tratan muy bien, aquí es feliz y nosotros de ponerle una nota al Hogar, no sería un 7 sería un 10 por lo bien que lo atienden”.
“Siempre fue un papá presente para mí, y aunque no fue muy cariñoso, sino más bien retraído, para mí fue el mejor papá del mundo” contó Isabel quién comentó que cuando cumplió 90 años pudieron reunir a toda la familia cuando aún conservaba su memoria.
Labor de la Fundación Las Rosas
La Fundación Las Rosas es una institución católica, chilena, sin fines de lucro. Y que desde 1967 se dedica a construir una vejez digna para quienes nada, ni a nadie tienen, brindándoles un hogar, atención médica y cuidados. Para poder llevar a cabo esta noble misión, la Fundación obtiene sus recursos gracias a los aportes de privados, en sus captaciones de amigos y colectas.
Gracias a ello, se pueden atender a adultos mayores cuyo promedio de edad es de 82 años y que padecen cerca de 6 patologías crónicas, entre las que se encuentran en un 75% con deterioro cognitivo como demencia senil y Alzheimer. Además, sólo el 5% son autovalentes y el 95% restante está postrado y necesita de la ayuda de un tercero porque no son capaces de valerse por si mismos en las actividades diarias.
Discussion about this post