Con buenas noticias llegó el ministro de Bienes Nacionales Felipe Ward hasta la casa del comunero en la comuna de Ovalle, para reunirse con la presidenta de la Asociación de Comunidades Agrícolas de Limarí Mirtha Gallardo y con más de 35 dirigentes y comuneros agrícolas de la provincia.
En la actividad, el secretario de Estado hizo entrega del reconocimiento por el “Buen Uso” de la propiedad fiscal, donde se emplaza la Casa del Comunero, a la Asociación Gremial de comunidades agrícolas de la provincia de Limarí, oportunidad donde les anunció que será entregada una concesión por 15 años para el funcionamiento de su organización.
En ese sentido el ministro Felipe Ward destacó el encuentro con las comunidades de la provincia de Limarí.
“El ministerio de Bienes Nacionales se relaciona permanentemente con las comunidades agrícolas porque se realizan muchos trámites en virtud de la legislación vigente y eso no va cambiar vamos a seguir asistiendo a las comunidades en todos los trámites. Además le entregamos una buena noticia ellos tienen tiene una sede que construyeron ellos mismos en un terreno que se le concesionó la última vez por 5 años y ahora le aumentamos a 15 así que ahora van a poder estar tranquilos por mucho tiempo más”, señaló el secretario de estado.
“Quiero agradecer el reconocimiento que nos hace el ministro que puede parecer simbólico pero es para el espíritu y el alma de la organización de las comunidades. El salir a terreno a ellos les ha permitido darse cuenta de las actividades productivas que se realizan en las comunidades agrícolas, tener este acercamiento y que haya visitado la cooperativa “Rumpa Cop” hace que tenga otra visión de las comunidades . Antes se veía como algo abstracto pero nunca se ha mirado el capital social que hay dentro de las comunidades por eso queremos que sean patrimonio nacional nuestras comunidades”, explicó la presidenta de la Asociación de Comunidades de Limarí, Mirtha Gallardo.
La sede de esta asociación se encuentra en un inmueble fiscal, entregado en concesión, después del terremoto de octubre del año 1997 y ha permitido el desarrollo de sus actividades gremiales, con seguridad y certeza. El terreno era un sitio eriazo sin ningún tipo de edificación y su construcción existente, fue fruto de la campaña “un comunero, un ladrillo”, que permitió levantar la actual edificación sólida, de dos pisos y que sirve de espacio para las actividades de una diversidad de organizaciones.
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