Proyectos de agua potable y reconstrucción de infraestructura fueron aprobados para la región

Para poder seguir impulsando a cada una de las regiones del país, la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE) ha destinado nuevos fondos a los municipios, los que estarán disponibles desde la próxima semana, para abarcar proyectos y programas en beneficio de la comunidad.
Al respecto, la Intendenta Lucía Pinto afirmó que “estamos haciendo un llamado a los municipios de la región para que envíen sus proyectos y puedan acceder a estos fondos, los que pueden ser orientados a palear los graves efectos de la sequía en la zona, equipamiento urbano y equipamiento comunal”.
En esta línea, actualmente recibieron una priorización los proyectos de Ampliación y Mejoramiento del sistema de Agua Potable Rural de Carquindaño – El Zapallo, por un monto superior a los $241 millones de pesos, en la comuna de Canela; la construcción del sistema de agua potable en El Altar Bajo, en Punitaqui, por más de $81 millones; y el mejoramiento del sistema de APR Quilimarí, en Los Vilos, por $217 millones de pesos.
El Jefe Regional de la SUBDERE, César Gómez, afirmó sobre este último proyecto que “esto se enmarca dentro de una solución habitacional en el sector de Quilimarí, ya que el complejo habitacional Barrio Estación carecía de un mejoramiento de agua y con esto se da una solución integral a este proyecto, que actualmente está siendo ejecutado por el SERVIU”.
Otro de los proyectos que está recibiendo la ansiada priorización es la habilitación de cámaras de televigilancia en la comuna de Coquimbo y proyectos de seguridad vial, los que fueron fuertemente dañadas con las manifestaciones sociales de los últimos días. Y es que, con estos nuevos fondos de SUBDERE, se busca recuperar la normalidad del tránsito vehicular en la ciudad puerto.
Por otra parte, en la línea de equipamiento comunal, se financió la habilitación de la Secretaría de Planificación de la comuna de Paihuano, por cerca de $60 millones de pesos, la que había sufrido en el mes de julio un amago de incendio y que hasta la fecha impedía que los profesionales pudiesen desarrollar sus funciones en su lugar habitual.