Aguas del Valle informó que está preparando todo lo necesario para comenzar con las obras en Peralillo, urgentes e imprescindibles para asegurar la continuidad del suministro de agua potable en Illapel, cuyas familias, de otra forma, estarán en riesgo de tener que enfrentar racionamiento a partir de febrero de 2021.
Junto a la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), autoridades locales y regionales, Aguas del Valle ha estado las últimas semanas buscando alternativas que permitan prescindir de los pozos en Peralillo para reforzar el suministro de agua potable en Illapel y evitar racionamiento en los próximos meses a más de 8 mil familias.
Las fuentes productivas se encuentran en una condición crítica en esta zona: el escurrimiento del río Illapel está regulado por el embalse El Bato, el cual hoy está con un volumen total acumulado equivalente a un 24% de capacidad, proyectando alcanzar su nivel de aguas muertas entre febrero y abril del 2021. A su vez, el caudal del río se encuentra muy por debajo de sus niveles históricos.
“Entendemos la preocupación de la comunidad, pero ya no hay tiempo. Nuestro compromiso de asegurar el agua para Peralillo continúa y lo confirmamos: las obras no afectarán los sistemas de Agua Potable Rural (APR) locales, bien al contrario, nuestro compromiso de entrega de agua en caso de afectación les entrega una seguridad hídrica con la que hoy no cuentan. Es urgente reiniciar inmediatamente los trabajos, que cuentan con todos los permisos necesarios para ser ejecutados. De no poder implementarla, ponemos en riesgo a todos los habitantes de Illapel. Es justamente esto lo que queremos evitar”, explicó el subgerente zonal Limarí-Choapa de Aguas del Valle, Alejandro Salazar.
“La gravedad de la situación de Illapel ha sido socializada con autoridades comunales, regionales y nacionales y se ha trabajado en mesas técnicas, pero dadas las condiciones de extrema escasez de agua -que se han ido agudizando- y el mínimo tiempo para la ejecución de las obras, no es posible seguir dilatando el inicio de los trabajos”, agregó Salazar.
Salazar reiteró que estas obras cumplen con todos los requerimientos normativos para realizarlas y que han conversado permanentemente con los vecinos de Peralillo, explicándoles el detalle de las faenas y garantizando a través de estudios que sus fuentes no se verán afectadas.
“Hemos garantizado a la comunidad que contarán con el agua que necesitan y nos haremos cargo de un improbable caso de un efecto para los sistemas de APR de la localidad. Sabemos el valor del agua para las personas y en ningún caso queremos poner en riesgo el suministro de Peralillo”, afirmó.
Al respecto de esta crítica situación, la presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Illapel (UNCO), Ermelinda Fajardo dijo que “yo estaría de acuerdo que se terminara o se hiciera lo que se tiene que hacer, porque la realidad para nosotros como dirigentes y dueñas de casa, lo único que queremos que no nos falte el agua. Si es un asunto de hacer una pasada de agua o de traspasar agua, yo creo que, si no le afecta a ellos, yo le recomendaría que lo dejaran hacer, para que no nos falte agua a nadie, lo más recomendable es hacer lo que se está proyectando”.
Detalles de la obra
La construcción consta de dos pozos de 70 metros de profundidad cada uno y una impulsión (tubería que conduce agua) de 3,5 km que transporta el agua hasta la Estación Elevadora 1 para luego llevarla por 17 kms hasta la ciudad de Illapel, a través de la conducción Limáhuida que Aguas del Valle construyó el 2015 para hacer frente a la sequía con una inversión de más de $4000 millones. Estas obras cumplen con toda la normativa vigente para ser ejecutadas.
La ubicación seleccionada para la construcción de las nuevas fuentes cumple con la distancia exigida de protección a las fuentes de los APRs de Peralillo, habiéndose realizado estudios hidrogeológicos previos que dan garantía de ello.
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