Esta semana, ante el Consejo Regional (CORE), representantes de INIA y Pisco Chile A.G. entregaron detalles del proyecto “Transferencia de capacidades para pequeños productores, con el objeto de implementar y adoptar un sistema de certificación de denominación de origen, para las uvas pisqueras y el pisco”, tras cumplirse el primer año desde la implementación del estudio, con el que se pretende sentar las bases para la creación de un Consejo Regulador del pisco.
Este programa tiene una duración de 24 meses y busca promover la calidad, historia y cultura del pisco en Chile y el mundo, así como también apoyar a productores y avanzar en un sistema validado por la industria, que permita la trazabilidad del producto, además de requerir una fuerte organización de los distintos actores de la industria y del Estado, para enfrentar los desafíos de la promoción, investigación y defensa de la Denominación de Origen (D.O.) del destilado nacional.
Para el consejero regional, Cristian Rondanelli, vicepresidente de la comisión de Fomento Productivo, “esta es una actividad que cumple un tremendo rol social y cultural en nuestra región, ya que sus principales productores de uva pisquera son agricultores con menos de 5 hectáreas, es por eso que nosotros como Consejo Regional hoy día nos encontramos totalmente satisfechos con esta presentación que nos hacen y en ese sentido seguiremos apoyando todas estas acciones que tienen que ver con la defensa ante entidades internacionales y otros gobiernos, de un producto tan típico de nuestra zona como lo es el pisco”.
En este contexto, Edgardo Díaz, director del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), expuso información sobre la base productiva pisquera y de elaboradora de pisco, mediante una encuesta realizada en la región que revela como amenaza los problemas hídricos, como debilidad el mercado limitado, la fortaleza la alta asociatividad y la oportunidad las mejoras de producción.
En el marco de la asociatividad, el 58% de los productores, por superficie, pertenecen a alguna cooperativa; 20% de la superficie pisquera pertenece a un usuario de INDAP; 58% de la superficie está en propiedad de una persona jurídica, 4% son personas naturales bajo 45 años.
Respecto a la producción, 58% de la superficie tiene parrones de más de 15 años (existe una oportunidad de renovación); 55% de la superficie con rendimientos bajo los 30.000 kg/ha (existe oportunidad de mejora); 78,2% de la superficie cultivada tiene como destino la producción pisquera (oportunidad de diversificación).
Sobre el mercado debilitado, el 74% de la superficie pertenece a agricultores en donde la vid pisquera es el rubro principal; el 72% de la superficie encuestada vende a solo 2 compradores; el 61% de la superficie pisquera se reconoce con problemas económicos, consecuente con lo anterior.
Finalmente, sobre la amenaza hídrica, el 85% de la superficie acusa problemas hídricos, en forma transversal para grandes y pequeños; el 96% de la superficie es regada con agua superficial, de canales que dependen del ciclo hidrológico y el 67% de la superficie cuenta con riego tecnificado, la superficie a mejorar es limitada.
Por eso, una vez levantada esta información, este programa de transferencia tecnológica busca fortalecer la capacidad productiva de los pequeños productores y apoyar la superación de brechas, junto con mejorar la trazabilidad de sus uvas, para fortalecer la D.O. con el Consejo Regulador del Pisco. Iniciativa que va en Beneficio de 640 agricultores o beneficiarios directos e indirectos.
Esto se hará mediante asesorías que consisten en entregar apoyo técnico a 160 productores directos de las tres provincias durante 18 meses.
También con el establecimiento de parcelas demostrativas en el uso eficiente del agua y seminarios sobre: Riego, fertilización, programas fitosanitarios, manejos culturales, normas de certificación, capacitaciones bimensuales a equipos técnicos de cooperativas, Indap, Padis – Prodesal y a sesoría técnica predial.
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