Con altos y bajos ha sido el camino en estos 90 años que se conmemora la Denominación de Origen del pisco, producto de tradición donde una gran cantidad de productores regionales llevan puesto las esperanzas del éxito de sus cosechas. Pero la sequía, pandemia y el complejo escenario internacional, han sido los principales protagonistas para el destilado nacional, una lucha en la que todos están unidos.
El 15 de mayo de 1931, durante la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo, se declara que las aguas ardientes producidas en la Región de Coquimbo y Atacama, tendrán la denominación de origen Pisco, con la finalidad de proteger la industria y al mismo tiempo afianzar la identidad nacional.
“Esta denominación de origen es la más antigua de América y ya en esos años habían algunas denominaciones de origen en Europa, entonces con esa misma finalidad de establecer un dominio de territorio se dicta esta ley de denominación de origen protegiendo a nuestro pisco chileno”, así lo informa la presidenta del Consejo Regional, Adriana Peñafiel.
La consejera agrega que “hoy hemos avanzado muchísimo sobre todo en generar un aumento en el mercado nacional e internacional. Recientemente, la Corte de Tailandia ha fallado a favor de nuestro pisco, reconociendo que la denominación de origen es chilena. Nosotros como Consejo Regional hemos estado apoyando de manera sostenida a nuestra industria pisquera y en el último tiempo hemos aportado recursos también para la certificación para denominación de origen de pisco, hoy día esto nos da una categoría y prestigio mundial y lo transforma en un producto muy competitivo de nuestra región”.
Son 90 años desde la creación de la denominación de origen del destilado nacional, pero los registros datan desde 1773 donde se apunta a la Hacienda La Torre, hoy Pisco Elqui, de 3 botijas de pisco, “registros que avalan que el pisco es chileno y no peruano, eso hay que recalcarlo 100%”, sostiene el consejero regional, Cristian Rondanelli, vicepresidente de la comisión de Fomento Productivo.
En este sentido, sigue el consejero, “este Gobierno Regional y parlamentarios de forma transversal hemos ido impulsando medidas de apoyo a la industria pisquera regional, pero cuando hablo de industrias no hablo solamente de gran industria, porque en ella están congregados principalmente pequeños agricultores, casi el 90% de ellos tiene menos de 5 hectáreas de uva pisquera y muchos de ellos están congregados en cooperativas, por ejemplo Capel. Por lo tanto, nuestro apoyo siempre puede ser más y necesitamos generar políticas públicas, en donde esos 100 millones de dólares que ellos aportan al erario nacional vuelvan en una reinversión del Estado a nuestra región y de Atacama”.
Por último, el consejero agrega que “no podemos permitir que esta industria vaya decayendo, tenemos que mantenerla, es una industria histórica de nuestra región de Coquimbo, es parte de la identidad cultural nacional y hoy el foco que está tendiendo Pisco Chile como Asociación Gremial de poder fomentar las exportaciones de este espirituoso nacional es justamente para lograr mejorar la calidad de vida a esos pequeños agricultores logrando mejores precios y abriendo mercados, para mejorar el precio del kilo de la uva, recién ahí diremos que está la tarea cumplida. Cuando veamos que el pisco está en Europa, en Estados Unidos o en Asia , podremos decir que estamos cumpliendo la misión, porque pisco es Chile”.
La industria pisquera apunta a consolidar la presencia de la categoría en mercados estratégicos, presentando un producto patrimonial de Chile, profundamente ligado a su entorno, a la tierra y a sus habitantes, que ha impreso su sello en la cultura social del norte chico y sobre todo de alta calidad.
Bajo esta premisa, los consejeros regionales se han reunido constantemente con la directiva de Pisco Chile A.G. y también han aunado fuerzas con otras autoridades para la protección y crecimiento del pisco chileno, para el beneficio de la industria y pequeños agricultores de la región.
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