El dolor y la muerte también son parte de la vida y sin duda, una de las experiencias más duras es ver sufrir a quien se ama. El pasado agosto, Helia Peña perdió a su adorado padre producto de un agresivo cáncer, sólo un mes después de que su madre también falleciera. Pese a estas irreparables pérdidas, hoy mira hacia el futuro con esperanza, y es que tuvo la oportunidad de dejarlos ir con amor gracias a los Cuidados Paliativos, un enfoque integral de salud que busca acompañar a quienes enfrentan enfermedades graves o terminales y a sus familias, aliviando las consecuencias de sus patologías y permitiendo vivir este triste proceso con un poco más de calma.
“Mi mayor temor cuando diagnosticaron a mi papá en el hospital fue que partiera solo, pero el poder tenerlo en la casa nos permitió regalonearlo y estar a su lado en cada momento. No fue fácil, pero se fue amado, acompañado y sin dolor porque nos guiaron en todo el proceso para que él estuviera tranquilo y pueda partir cuando Dios dijera”, expresó con gran emoción Helia, hija menor de Mario, una mujer hoy disfruta de las cosas simples de la vida, tal como le enseño su padre, siendo fuente de inspiración para muchos.
Don Wilson Barraza también se marchó de este mundo en agosto del 2021, luego de haber recibido el fundamental apoyo del equipo de Cuidados Paliativos del Hospital de La Serena durante 2 años. Su yerno, Rodrigo Tello, dedicó gran parte de su tiempo a cuidarlo y recuerda que “la ayuda que nos dieron fue muy completa, te hacen entender que los pacientes con cáncer no deben tener dolores, que tienen que aprovechar y vivir sus últimos momentos felices, también a respetar sus decisiones, a amarlos y a animarlos porque los que están sufriendo necesitan estar rodeados de amor”.
Los Cuidados Paliativos son entregados por un equipo multidisciplinario de salud especializado que brinda una atención integral, en el hospital o en el hogar, a quienes cuentan con un diagnóstico confirmado de cáncer, incluyendo desde pacientes pediátricos hasta geriátricos. Sus beneficios consisten en la entrega de medicamentos, insumos médicos, exámenes, apoyo psicológico, orientación, entre otros.
“Esta es una disciplina que busca ayudar al paciente que generalmente, está sufriendo una enfermedad avanzada, para aliviar sus síntomas y mejorar su calidad de vida, enfocándose tanto en quien la padece como en su familia, abarcando lo físico pero también lo emocional y en todo lo que afecta a la persona en su ser”, explicó la doctora Dayane Kopfer, líder del equipo de Cuidados Paliativos y Alivio al Dolor del recinto asistencial serenense.
Por su parte, la enfermera Francisca Vergara explicó que “quienes ingresan a nuestra unidad, son pacientes oncológicos que tienen cánceres progresivos o no progresivos (que avanzan o detienen su desarrollo), cuya enfermedad les causa muchos síntomas. Casi siempre, Cuidados Paliativos se asocia al fin de la vida, a muerte, entonces nos pasa que muchos pacientes vienen muy asustados porque piensan que es el fin, pero no siempre es así”.
Este apoyo tiene un valor incalculable tanto para los pacientes como para sus familias, quienes forman un fuerte lazo con el equipo de salud, que perdura hasta después de la muerte de su ser querido, ya que enfermedades como el cáncer no afectan sólo a quienes las padecen, sino que también dejan huellas en quienes caminan junto a ellos hasta el final de sus días.
“El acompañamiento es esencial, más que los medicamentos. Te entregan el tratamiento, la orientación, pero también te acompañan en todo el proceso, en el diagnóstico, en el deterioro de la salud y finalmente, en la pérdida del familiar. Y una vez que ellos parten, siguen contigo, es maravilloso porque el lazo no se corta. Yo no sabía cómo funcionaba, me imaginaba que era sólo para aliviar el dolor, y si bien eso es algo muy importante, también están contigo, te alivian la angustia”, sostuvo Helia.
En tanto, Rodrigo confesó que “uno piensa que la persona se muere y termina el problema pero no es así. Por eso, ha sido tan importante que nos entreguen el apoyo psicológico a toda la familia, sin eso sería muy difícil para nosotros poder levantarnos. Tenemos que aprender a seguir viviendo con nuestro dolor y con la ausencia de mi suegro, recordando todas las alegrías que pasamos con él”.
Momentos tan duros como estos son posibles de resignificar con un apoyo que marque la diferencia en este difícil proceso y permita vivir en paz la pérdida de un ser amado, dejándolo ir con todo el cariño que merece.
Francisco López, psicólogo clínico de la Unidad de la Unidad de Cuidados Paliativos Hospital de La Serena, destacó que “hay todo un equipo que está apoyando las espaldas de las familias, desde lo clínico, lo social, los cuidados y lo emocional. Trabajamos la aceptación de la enfermedad, la adherencia al tratamiento y luego, el acompañamiento en el buen morir. Ayudamos a que puedan despedirse, decir ´te quiero´, perdonarse, tomarse la mano y darle la tranquilidad al paciente de que está acompañado y puede partir sin dolor. Después de que la persona parte, también hacemos un trabajo de duelo con sus familiares”.
EL GRAN LEGADO DE QUIENES PARTEN DE ESTE MUNDO:
Los Cuidados Paliativos constituyen una experiencia sumamente poderosa no sólo para los pacientes y sus familias, sino que también para el equipo de salud que los acompaña en su duro camino. Los mismos profesionales confiesan que quienes parten de este mundo y sus familiares les dejan significativas lecciones de vida.
“Uno agradece más porque trabaja todos los días con la muerte, aprende a no complicarse por cosas que quizás otros sí lo harían, a abrazar más, a hablar estos temas y a valorar el día a día, el tener vida, familia y sentirse bien. A veces, la gente piensa que es terrible este trabajo, pero de verdad somos afortunados de poder aprender porque cambia la vida y nos enseña también a prepararnos para la muerte, porque la única certeza que tenemos es que todos los que existimos, algún día vamos a morir”, indicó la doctora Kopfer.
Asimismo, el psicólogo Francisco López comentó que su labor “puede ser demandante emocionalmente pero es muy enriquecedora porque esas personas te están enseñando todos los días, eso me lo llevo conmigo cada vez que salgo del hospital. No es fácil, pero permite conocer a personas que inspiran. Además, yo tengo la oportunidad de ver a mis pacientes que mueren trascender a través de sus familiares”.
Esta semana, el mundo conmemora los Cuidados Paliativos, poniendo de manifiesto en la necesidad que existe en el mundo de aumentar el acceso a esta importante atención de salud. La enfermera Francisca Vergara destacó que en lo personal, su trabajo le ha ayudado “a crecer, he aprendido a agradecer y a disfrutar el día a día y a todos mis seres queridos porque uno no sabe cuándo puede partir. Se pasan hartas penas, uno se encariña con los pacientes y con las familias, pero reconforta esta labor y el saber que uno ayudó al otro y que ellos están agradecidos”.
BUEN MORIR, LA IMPORTANCIA DE PARTIR EN PAZ:
El cuidado de nuestra salud muchas veces se centra en la infancia, la adolescencia, la adultez y la vejez, pero poco se habla de la trascendental importancia del buen morir.
“Cuando una persona muere, termina su ciclo vital y es fundamental que tenga dignidad al morir y pueda hacerlo en paz, y también para quienes quedan, porque si una persona muere sufriendo, la familia también queda con un gran dolor por el resto de sus vidas, por eso es primordial ayudar en esta etapa y guiarlos para que puedan soltar desde el corazón al ser que va a partir, haciéndoles un poquito menos difícil la vida”, detalló Dayane Kopfer.
Para todos nosotros, la muerte es un tema complejo pero reflexionar sobre el final del camino también nos permite valorar la vida y resignificar la partida de nuestros seres queridos, con la enseñanza de disfrutar más, valorarnos y vivir con pasión hasta el último instante, avanzando de la mejor manera posible a este momento, que tarde o temprano, todos viviremos.
¿QUÉ ES LA SEDACIÓN PALIATIVA Y CUÁL ES SU DIFERENCIA CON LA EUTANASIA?
Según la especialista, los pacientes que requieren sedación paliativa pueden acceder a ella. “A medida que avanza la enfermedad, hay síntomas de muy difícil manejo, que no se han podido aliviar y que se llaman ´refractarios´, como ahogos, delirios o agitación, y en esos casos, se puede aplicar por un equipo especializado que lleve su tratamiento. La intención de esto es bajar el nivel de conciencia de la persona para disminuir el dolor”, profundizó la paliativista.
Además, aclaró confusiones, afirmando que en cambio, “el fin de la eutanasia es ocasionarle la muerte al paciente, a través de la administración de medicamentos. La sedación paliativa no tiene ese objetivo ni acelera la muerte, ésta llega cuando tiene que ser su momento, pero sin sufrimiento”.
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