Más de 200 pacientes son atendidos en la Unidad de Alivio del Dolor del recinto porteño para tratar padecimientos crónicos de dolor no oncológico, que las otras especialidades no han podido resolver o donde el propio dolor permanente se considera la enfermedad.
Según explicó el doctor Ovelio Quiroga, médico anestesiólogo y profesional de esta unidad, para tratar el dolor se cuenta con diversas herramientas, tanto farmacológicas como no farmacológicas. “En el caso del tratamiento a base de fármacos, muchas veces este es el primer paso dado por los médicos tratantes y especialistas que atienden a un mismo paciente. A su vez, también se usan diversos tipos de procedimientos y con eso, tratamos de no solamente disminuir los medicamentos y aliviar el dolor, sino que también reinsertar funcionalmente al paciente y mejorar su calidad de vida”.
En este sentido, el hospital ha incorporado una innovadora técnica para el alivio del dolor cuando se han agotado las alternativas farmacológicas e intervencionistas disponibles para un paciente. La crioneurólisis es un método terapéutico basado en la interrupción temporal de las funciones neuronales y motrices de algunas partes del sistema nervioso utilizando frío extremo a -78°C, destruyendo los elementos del tejido nervioso que llevan información sobre el dolor. Bajo esta técnica los resultados son inmediatos y reversibles en la acción del nervio y, donde el efecto de alivio persiste hasta por un año aproximadamente. “Los criterios que deben cumplir los pacientes para optar a esta criocirugía son el haber agotado las opciones farmacológicas para tratar su dolor y que este se dé en nervios periféricos”, puntualizó el especialista.
“Como hospital hemos tratado siempre de avanzar en nuevas técnicas y equipamiento médico que permita a nuestros profesionales desplegar todas sus habilidades y conocimientos para contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes”, manifestó Germán López, director del Hospital San Pablo de Coquimbo. Asimismo, destacó que, en nuestro país, son muy pocos los hospitales públicos y privados que cuentan con unidades establecidas de dolor no oncológico, por lo tanto, “esto nos representa un gran desafío y responsabilidad como establecimiento”.
Vivir con dolor
Cerca de dos años lleva Hildegar Fuentes, padeciendo cervicobraquialgía, dolor que se origina en la zona cervical y que se irradia a otras partes del cuerpo. Tras mucho tiempo de diversos posibles diagnósticos, Hildegar es recibida como paciente de la Unidad de Alivio del Dolor del hospital de Coquimbo, siendo una de las primeras pacientes en acceder a la criocirugía.
“Cuando llegué a la unidad yo estaba rígida, no me movía nada, a lo más movía el codo y mis manitos. Pensé que yo iba a quedar así porque después de una serie de exámenes, análisis, incluso cuando estuve hospitalizada me mandaron a hacer resonancias, no encontraban nada”, relata tras recordar cómo ha sido el aprender a vivir con dolor permanente, el cual se inició tras un evento emocionalmente traumático vivido años atrás.
Tras someterse a la criocirugía que beneficiará en una primera instancia a 25 pacientes que hoy se atienden en la unidad hospitalaria, Hildegar Fuentes cuenta que disminuyó de manera inmediata su dolor tras salir de pabellón, lo que la mantiene con la esperanza de recuperar poco a poco su calidad de vida y la de su familia.
¿Qué es el dolor crónico?
Según señala la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, este es uno de los problemas de salud más subestimados en el mundo de hoy, pese a que tiene consecuencias serias en la calidad de vida de quienes lo padecen. El doctor Ovelio Quiroga, indicó que “el dolor se define como cualquier sensación desagradable, que puede o no estar asociada a un daño. Por lo tanto, el aspecto emocional también está incluido dentro del concepto del dolor”.
Muchas veces el dolor no puede ser evidenciado, pero la mayor parte de las veces, cuando un paciente dice que tiene dolor, esto puede ser demostrarlo mediante herramientas multidimensionales creadas para ello. “Esto ya que uno puede ver se pierde la capacidad funcional, limitaciones laborales o limitaciones físicas acompañadas de otras manifestaciones como perdida del sueño, entre otros. Es decir, puede producir efectos en la vida de quien lo padece, que son evidentemente notorios”, señaló el doctor Quiroga.
“Actualmente tenemos más de 200 pacientes que son atendidos en la unidad con un enfoque biopsicosocial, donde la principal causa de dolor no oncológico es el dolor asociado a la columna, es decir, lumbalgias y cervicales. Ambos padecimientos son los que están marcando nuestras estadísticas y también en el mundo”, agregó.
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