Es una realidad que no se puede desconocer, el número de migrantes en nuestro país ha aumentado en forma exponencial en los últimos años y en nuestra región el fenómeno es similar al resto del país. Muchas de las personas que llegan a Chile por los conductos regulares o de manera ilegal por pasos no habilitados, poniendo incluso en riesgo su vida, lo hacen principalmente por razones económicas, al no poder contar con medios de subsistencia que les permitan continuar en sus países de origen, por lo que se ven obligados a buscar alternativas de mayor estabilidad dentro del continente.
A mediados de este año se dieron a conocer cifras oficiales sobre la cantidad de personas migrantes en el país correspondiente al año 2020, según el Servicio Nacional de Migraciones y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el tercer informe que desarrollaron ambas instituciones sobre la estimación de población residente en Chile, al 31 de diciembre de 2020 la población extranjera alcanzaba a 1.462.103 personas, lo que significa un aumento de 11.770 personas (0,8%) en comparación a 2019.
En este informe se detalla que cinco países concentran el mayor número de personas extranjeras residentes en el país en el periodo señalado y se mantiene la tendencia de las estimaciones anteriores, siendo Venezuela (30,7%), Perú (16,3%), Haití (12,5%), Colombia (11,4%) y Bolivia (8,5%), los que suman en conjunto un poco más de 79% del universo total de migrantes.
La Región de Coquimbo al 2020, registraba un total de 34.051 personas extranjeras residentes, compuesta por 18.083 hombres y 15.968 mujeres, el 35,9% con edades entre 25 y 34 años, mientras que el 23,1% entre los 35 y 44 años de edad.
El colectivo de personas extranjeras de Venezuela es el principal en la Región de Coquimbo con 30,4%, presentando el 2020 un incremento de 0,3 puntos porcentuales respecto a 2019. En segundo lugar se ubica Colombia con 16,2%, y en tercero Haití con 14,9%.
Cabe señalar que estos datos oficiales del INE hacen alusión a la cantidad estimada de personas extranjeras residentes de manera oficial en el país al 31 de diciembre de 2020, considerando datos del censo de 2017 y registros administrativos que permanecen en Chile, pero no hay un registro publicado del presente año sobre el total de población migrante luego de la pandemia por Covid 19 y el cierre de las fronteras, cuando la cantidad de personas que ha ingresado al país lo ha hecho en gran cantidad por pasos no habilitados y en situación de gran vulnerabilidad.
Gráficos del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM)
Testimonios
Es común hoy ver a migrantes acampando en la vía pública en muchas comunas, sobre todo en las del norte del país y la conurbación La Serena Coquimbo no es la excepción, ya que se trata de ciudades cercanas a la ruta 5 y que se utilizan para pernoctar de paso hacia Santiago. Sin embargo, hay muchos migrantes que llegaron al país de manera regular incluso años antes de la pandemia y que han hecho todos los esfuerzos por regularizar sus documentos de residencia definitiva sin conseguirlo.
Entre los requisitos para poder optar a un permiso de residencia definitiva está contar con al menos dos años consecutivos de visa sujeta a contrato o al menos con un año de visa temporaria, también se puede solicitar teniendo al menos dos años de visa estudiante (siempre y cuando se haya dado término a estudios secundarios o profesionales).
Entrevistamos a migrantes venezolanos que llevan varios años viviendo en el país y que están en proceso de obtener su residencia permanente, pero se repite en todos los casos la larga espera incluso de más de dos años de trámite, sin poder estabilizarse de manera definitiva en el país.
Es el caso de Gladys Camejo, quien emigró buscando mejores oportunidades laborales, ella es graduada universitaria en comercio exterior y señala que “las oportunidades en Venezuela de trabajo no eran tan amplias por la situación política del país, la economía con la inflación no te permitía ni siquiera vivir o comer, por la calidad de vida la situación que había en Venezuela era altamente riesgosa tanto para movilizarte para ir a trabajar”.
Gladys tiene 6 familiares en Chile y todos están a la espera de la visa de permanencia definitiva, explica que ella ingresó al país con visa de turista y luego obtuvo una visa sujeta a contrato dos años consecutivos y ahora está tramitando su residencia definitiva hace casi 2 años.
Harold Gómez pareja de Gladys, fue notificado en agosto de este año del rechazo de su solicitud de visa definitiva, aunque en la plataforma digital para revisar el avance del proceso en línea se informaba que tenía el 100% de avance en la tramitación e incluso ya le había llegado el voucher de pago de la visa, pero finalmente sólo obtuvo otra visa temporaria. El rechazo de la visa definitiva no se lo esperaban porque según explican desde que llegaron a Chile siempre han cotizado en el sistema previsional y se han mantenido trabajando, sin embargo consideran que le perjudicó “una temporada de 3 meses en que estuvo como part time en 2019, y según extranjería dice que no tiene la estabilidad económica para vivir en el país, aunque sí tenía pre aprobación de crédito hipotecario ese mismo año”.
Otra migrante venezolana que lleva 5 años en el país y hace dos que obtuvo su residencia definitiva, tiene 3 hijos, de ellos 2 (la mayor y menor) obtuvieron su visa sin problema al mismo tiempo que ella, pero uno de sus hijos que postuló cuando tenía 16 años con los mismos antecedentes que los demás, ahora es mayor de edad y aún no puede completar el proceso. Actualmente tiene 18 años y cursa enseñanza media y lleva dos años tramitando su permanencia definitiva, con la incertidumbre dice de no poder ni siquiera a optar a trabajos temporales de verano por sólo tener actualmente un certificado de visa en trámite.
Luis Filol, es técnico superior en recursos humanos y lleva dos años en el país, primero tuvo una visa sujeta a contrato y luego una visa temporaria, actualmente trabaja en una empresa del área de marketing y lleva esperando desde el 2019 su residencia definitiva. Explica que su tramitación lleva un 71% de avance, pero ese porcentaje no le da confianza porque a veces rechazan la visa cuando ya está en la etapa final. Señala que fue a uno de los operativos que realizó a principios de diciembre el departamento de migraciones del municipio de Coquimbo en Tongoy para orientar y ayudar a los migrantes, “pero sólo me dijeron que tenía que ser paciente, que tenía que esperar a que me llegara un correo que se puede tardar incluso hasta un año y medio más, porque hay mucha demanda actualmente, después me llegó un correo, pero sólo decía que estaba en evaluación y revisión de antecedentes”.
Todos los entrevistados señalan que los principales problemas que tienen al no tener la visa definitiva son para la obtención de cuentas bancarias y créditos, así como para postular a trabajos en los que tengan que acreditar su título profesional por no poder convalidar estudios. Agregan que aunque muchos tienen buenos trabajos y posibilidades económicas, a veces ni siquiera pueden tener una tarjeta de crédito.
Servicio Nacional de Migraciones y nueva ley en proceso de implementación
El 11 de abril de 2021 se promulgó la nueva Ley de Migración y Extranjería, que reemplaza al Decreto Ley 1094, de 1975, esta nueva ley establece los deberes y obligaciones de los migrantes que arriben a Chile, permitiendo una migración segura, regular y responsable. Sin embargo, aún se desconocen aspectos relevantes de la nueva legislación como su reglamento, por lo que no ha entrado en vigencia y la población migrante se sigue rigiendo por la norma legal del año 75.
Mediante la Ley de Migración y Extranjería, se creó el Servicio Nacional de Migraciones y el Consejo de Política Migratoria, principalmente para hacerse cargo del fenómeno migratorio actual, estableciendo las normas en materia de migración y extranjería. En octubre de este año el Ministro del Interior, Rodrigo Delgado, informaba sobre el inicio su implementación : “La nueva ley creó el Servicio Nacional de Migración con direcciones regionales que generan estrategias de seguimiento de información, de cohesión social, levantar información, coordinarse con los gobernadores regionales, con las delegaciones, con las organizaciones de la sociedad civil y las policías. Y cuando sea necesario, esclarecer los procedimiento relativos a las expulsiones”.
En la práctica, el Servicio Nacional de Migraciones, dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, se encuentra en una etapa de transición entre el sistema antiguo y las nuevas atribuciones que tendrá este organismo público, funciones que estarán definidas en el reglamento que se espera esté listo en enero de 2022.
El abogado Ricardo Spröhnle, director regional del nuevo Servicio de Migraciones, explica que “la instalación del servicio viene a hacerse cargo de la situación migratoria actual con una mirada social y contempla áreas que el antiguo departamento de extranjería no había desarrollado, como la creación de un área específica de territorio e inclusión que busca llevar el servicio a terreno y bajar los niveles de ansiedad que tiene hoy día la población migrante y ser un canal de información y difusión de la materia”.
El director regional del nuevo servicio especifica que “desde el año 2016 a la fecha ha habido un aumento significativo de la cantidad de migrantes en el país, esa situación ha generado una alta demanda en materia migratoria, principalmente de personas que solicitan permanencia definitiva, eso ha aumentado con el paso de los años los plazos de tramitación. El Servicio Nacional de Migraciones y la nueva ley buscan hacerse cargo de esa situación y aumentar la dotación de funcionarios que se dediquen a tramitar las visas sobre todo de permanencia definitiva, para poder sobrellevar esta situación y mejorar los plazos”.
Con respecto al tiempo que se debería esperar por una visa definitiva, señala que “no se puede hablar de un plazo estimado promedio de cuanto están demorando las visas definitivas, porque depende de muchos factores, ocurre mucho que los solicitantes no aportan toda la documentación o tienen documentación errónea o incompleta, por ejemplo el principal problema es que no pueden obtener su certificado de antecedentes en su país de origen”.
En el ámbito laboral y financiero: “lo que se exige es que puedan demostrar que se pueden auto sustentar en el país y que sea al menos por medio de un sueldo mínimo. Los meses que se consideran para el análisis son los que la persona mantenía su visa temporaria vigente”.
Spröhnle aclara que el nuevo servicio tiene la obligación de hacerse cargo de todos aquellos trámites y gestiones que se han realizado con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley, “debe hacerse cargo de todo el trabajo que tenía pendiente el ex departamento de extranjería y migración”.
Se vence el plazo de regularización
El 13 de diciembre se informó que el plazo para que migrantes irregulares normalicen su situación en Chile vence según la nueva Ley de Migraciones, el próximo 7 de enero de 2022, esto para que puedan normalizar su status sólo los extranjeros que ingresaron por pasos habilitados a Chile, pero que no cuentan con su situación migratoria regularizada.
A menos de un mes de que este plazo termine, migrantes en todo el país piden celeridad en los procesos. Actualmente, según datos oficiales de extranjería, con fecha al 7 de diciembre, se han ingresado 668.806 solicitudes y se han completado 201.108.
Este proceso de regularización migratoria 2021 comenzó con la publicación de la nueva Ley de Migración y Extranjería y la postulación sólo es de forma digital, los migrantes que accedan a este proceso vigente sólo pueden optar a una Visa de Residencia Temporaria que se otorga a aquellos extranjeros que acrediten tener vínculos de familia o intereses en el país (trabajo) y cuya residencia se estime útil.
En el caso de las personas que ingresaron de forma clandestina la ley sólo les da la posibilidad de que puedan abandonar el país sin previa sanción y posteriormente volver a ingresar de forma regular. “La autodenuncia es un proceso que tiene que realizar toda persona que ingresa al país por paso no habilitado de forma clandestina para informar a la policía, la que emite un informe para la autoridad migratoria que determinará según los antecedentes si expulsa o no a esa persona”, especifica el director regional de migraciones.
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