Una compleja situación vivió Maritza Iglesias, adulta mayor de 84 años, quien fue atacada por caballos que se encontraban pastando en la vía publica en una plaza del sector oriente de La Serena, cerca de calle Ulriksen, donde fue mordida en un brazo por uno de los animales, cuando unos niños se encontraban jugando con ellos.
Recibimos esta denuncia en Mi Radio por parte de uno de los nietos de la Sra. Maritza, quien envió imágenes de las consecuencias del ataque que sufrió su abuelita por parte del equino, lo que le provocó un hematoma en su brazo, quedando además en estado shock y con miedo constante a salir de su casa.
Conversamos en el programa Buen Día Mi Región con la afectada y su nieta Javiera González, quienes quisieron dar a conocer este hecho motivadas también por el temor de que algo así pueda pasarle a otra persona o incluso a alguno de los niños que juegan habitualmente en el sector donde ocurrió el ataque.
La Sra. Maritza relató lo sucedido “Yo iba saliendo de la casa y estaban unos niñitos jugando con los caballos, incluso yo les dije cuidado porque los caballos les pueden hacer algo y en eso que yo hablo parece que un caballo se encabritó, da la vuelta y me pesca el brazo derecho abajo del hombro y ahí menos mal que me agarró el brazo nomás y me daño en un lado, tengo marcado el diente del caballo”.
La afectada explica que los niños que estaban jugando, lo hacen comúnmente en la plaza del sector, “gracias a Dios que a ellos no les pasó nada, imagínese si le hubiera pasado a alguno de ellos, son muy peligrosos esos animales, todos los días andan esos caballos hasta la tarde, andan por todos lados”.
Su nieta explica que ante esta situación “llamamos a Carabineros a teléfonos del plan cuadrante, pero los dos números que teníamos aparecían como no disponibles, en el Whatsapp de los vecinos yo también les comenté la situación y me mandaron denuncias que se habían hecho al municipio, pero decían que no podían hacer nada porque se desconocía de quien eran los animalitos”.
Explican que no quisieron llevarla a un centro asistencial, ya que “al estar tan asustada y ver que no tenía daños mayores tampoco quise llevarla a un centro de salud porque la iban a hacer esperar muchas hora y con la pandemia podría ser peor para ella”.
Si comentan que familiares acudieron a una Comisaria a consultar si podían hacer la denuncia y le dijeron que “no era algo inherente a las acciones de ellos, ante eso uno dice ¿a quién llamo? ¿a quién le aviso?, la verdad es que no es mucho más lo que podemos hacer, es una situación de impotencia (…) yo quiero que mis hijos puedan salir a jugar a la plaza de enfrente tranquilos, los caballos estaban afuera de mi casa, yo habría la reja y estaban afuera”.
Javiera González manifiesta además que “uno como ciudadano cumple con todas sus obligaciones y está totalmente desprotegido. Los niños salen a jugar todos los días y aquí hay hartos niños, entonces es una atracción para ellos y les gusta darles pasto a los caballos, pero es un riesgo gigante porque de una patada los puede matar, la edad promedio de los niños que hay acá son 6, 7 años. Otro tema es que los caballos ensucian, dejan sus suciedades por todos lados y nadie se hace cargo tampoco de eso”.
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