Fruto del trabajo realizado por un equipo de investigadores del CEAZA (Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas) y colaboradores de otras casas de estudio, en el marco del proyecto AdaptaClim, se presentaron los indicadores de riesgos y amenazas que enfrenta la Región de Coquimbo a causa del Cambio Climático. Los resultados fueron validados por el Comité Regional de Cambio Climático (CORECC), completando así una importante etapa para avanzar hacia el Plan de Acción Regional de Cambio Climático (PARCC).
Entre los riesgos presentados se encuentran la disminución de la superficie de uva pisquera, la merma en la pesquería de la macha y el incremento de varazones de medusas y sifonóforos tóxicos, como la fragata Portuguesa, por aumento en la temperatura superficial del mar.
“El proyecto AdaptaClim realiza un aporte fundamental a la evaluación de la vulnerabilidad de la Región de Coquimbo frente al Cambio Climático. Constituye un diagnóstico imprescindible en el diseño de las medidas necesarias para poder adaptarnos a los efectos que ya se están sufriendo y los que se proyectan, porque en la adaptación trabajamos con mirada de futuro”, señaló Maritza Jadrijevic, encargada de Planes de Adaptación de la División de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, quien además destacó que se trata de indicadores “que llegan en un momento muy oportuno y en un contexto favorable para la acción climática en Chile”, dada la reciente aprobación de la Ley Marco de Cambio Climático, que significará nuevas herramientas y recursos para apoyar las medidas de adaptación.
Por su parte, la Dra. Laura Ramajo, científica del CEAZA y directora del proyecto AdaptaClim, valoró la validación obtenida de parte “de los distintos actores que participan del CORECC respecto a los resultados que el proyecto AdaptaClim ha entregado en términos de riesgos específicos para la región de Coquimbo”. De este modo, enfatiza la experta, “seguimos aportando al diagnóstico de la región y, por lo tanto, eso hace que las medidas de adaptación que se tomen, en el diseño e implementación, estén basadas en esta realidad local, que podría quedar sobre o subestimada en el análisis a nivel nacional”.
Riesgos y amenazas
Junto con los riesgos de distintos sectores, en el taller final del proyecto AdaptaClim se presentó la amenaza del aumento de la Temperatura Superficial del Mar (TSM), que no había sido considerada en el análisis nacional que se plasmó en el Atlas de Riesgo Climático (ARClim). “Todas las cadenas de impacto que evalúan zonas costeras están basadas en datos atmosféricos. Nuestra propuesta se basa en que la temperatura superficial del mar se ajusta más a lo que están soportando los organismos y ecosistemas”, indicó la Dra. Laura Ramajo.
Por de pronto, afirmó el Dr. Orlando Astudillo, “se trata de una amenaza que pone en riesgo tanto la productividad del océano como su biodiversidad”
“Entre las amenazas está el alza de temperaturas, aumento de días calurosos y olas de calor, incremento que es más pronunciado hacia la cordillera. Esto se produce junto a la disminución de las precipitaciones, con el consecutivo aumento de las sequías, con valores absolutos de mayor impacto hacia el norte de la Región de Coquimbo”, expuso la climatóloga del CEAZA, Dra. Katerina Goubanova.
Por su parte, el Dr. Marcelo Rivadeneira, investigador del CEAZA, señaló: “El incremento de la temperatura superficial del mar es una amenaza para la biodiversidad, con cambios en la riqueza, composición y diversidad funcional de las especies”. Sin embargo, los resultados indican que el riesgo para la biodiversidad es bajo, salvo en la zona de Punta de Choros. Según el científico, otro riesgo asociado “es el incremento en la proporción de playas afectadas por varazones de medusas y sifonóforos tóxicos, como la fragata portuguesa”.
Uva pisquera y macha en riesgo
Un cultivo tan emblemático de la Región de Coquimbo como es la uva pisquera también estaría en riesgo, de acuerdo al estudio. “Evaluamos la amenaza de las olas de calor y el aumento de la frecuencia de la sequía, lo que representa un riesgo para la superficie de cultivo de la uva pisquera, que es un sector que está dentro del ADN regional. Por comuna, Illapel y Salamanca muestran el mayor riesgo de pérdida de superficie plantada de uva pisquera en la región”, explicó el Dr. Enrique Ostria, investigador de CEAZA a cargo del sector de Agua y Suelo.
Respecto a la capacidad de adaptación de este ámbito, Enrique Ostria sostuvo que aumentarla implica “el desafío de fortalecer el vínculo entre los avances tecnológicos y el sector productivo”.
Otra actividad en riesgo es la pesca y acuicultura, en específico la pesquería de la macha (que representa el 91% del desembarque de ese molusco a nivel nacional, según cifras de Sernapesca al 2020) y la acuicultura del ostión. María Valladares, investigadora del CEAZA, aseveró que “la amenaza es el incremento de la TSM y el cambio en el régimen de la surgencia costera, que es un proceso en que las aguas profundas emergen hacia la superficie, y es una de las causas de la gran productividad de la costa chilena”.
En cuanto al abastecimiento de agua a nivel rural, se estimó que las más vulnerables a perder ese suministro son las comunas de Limarí y Choapa, cuya capacidad de adaptación dependería de “la incorporación de tecnologías y la disponibilidad de alcantarillado”, según concluyó el investigador de la Universidad de La Serena, José Luis Ortiz, quien colaboró con el equipo de CEAZA para el proyecto AdaptaClim.
Discussion about this post