Dicen que una sociedad crece en la dirección correcta cuando las personas plantan árboles cuya sombra saben que nunca disfrutarán. David es un gran ejemplo de ello, un pequeño que partió de este mundo antes de tiempo, pero que pese a su corta edad, su admirable legado ha logrado trascender. Antes de fallecer y luego de haber estado hospitalizado por años, le expresó a su madre un solidario anhelo que hoy se hizo realidad gracias una especial cadena de amor que beneficiará a los pacientitos de Pediatría del establecimiento serenense.
“Mi hijo fue paciente frecuente del hospital, pasamos 4 años en tratamiento y él siempre veía que tenía la posibilidad de acceder a su tablet, porque era muy regalón y nosotros podíamos llevarle cualquier cosa, pero que no todos los niños tenían ese privilegio, entonces, él me dijo ´a mí me gustaría que todos pudieran hacerlo, podríamos darles tablets a cada uno´ y ahora estamos cumpliendo su sueño, porque para eso sigo siendo su mamá. A pesar de que él se fue, sigue siendo mi jefecito y mi hijo maravilloso, entonces estoy cumpliendo las misiones que me dejó”, expresó emocionada Leslie del Portillo, madre del admirable niño.
En tanto, el doctor Sergio Puebla, Médico Jefe del Servicio de Pediatría del recinto asistencial serenense, manifestó que como equipo están “muy emocionados porque sin duda, el espíritu de David ha quedado grabado en nuestros corazones. Hay personas que viven poco tiempo pero que enseñan a los adultos a vivir los valores, como David. Él incluso se dejaba crecer el pelo para donarlo y pidió estos regalos para otros niños, sabiendo que no iba a poder vivir para ver realizado su sueño. Para quienes trabajamos con ellos, ese es el sentido, empaparnos de la sana forma de vivir la vida y entender que es mucho más simple de lo que los seres humanos vemos”.
La voluntad del pequeño David se pudo cumplir y hoy, los pacientes pediátricos del Hospital de La Serena podrán contar con dispositivos electrónicos que mejorarán su experiencia de hospitalización. Ello, gracias a una cruzada solidaria realizada por el programa Pequeños Grandes Guerreros de TV Canal, que sumando apoyo ha logrado transformarse en una fundación. Carolina Espinoza, asesora jurídica del medio de comunicación regional, indicó que a la fecha, han “cumplido el sueño de alrededor de 9 niños a nivel nacional y este año, se cumplió el de Renata, Michael y David, el de este último pequeño era tener 27 tablets para sus compañeros de cama del Servicio de Pediatría del Hospital de La Serena, ese anhelo se cumplió gracias al Club Deportivo de la Minera Centinela porque todos sus trabajadores aportaron para la compra y con la donación de los chips de la periodista nacional Alejandra Valle, que se sumó a esta gran obra”.
Al respecto, el doctor Puebla explicó que “el estar hospitalizado es un trauma para cualquier niño, desde el punto de vista psicológico, social y también por no estar con sus seres queridos y de alguna manera, esta herramienta tecnológica no sólo los va a entretener, sino que además, les va a permitir comunicarse con sus
amigos y familiares. David ha hecho un gran regalo al servicio y a la historia de este hospital, que, además, es el más antiguo construido en regiones, y esto permite acercarnos más a la tecnología”.
Liliana López, embajadora comunitaria del Hospital de La Serena, tuvo la misión de ir en la búsqueda de esta significativa donación y viajó hasta la capital para encontrarse con los impulsores de la maravillosa causa.
“El trabajo de estas personas naturales está conectado por el amor al otro, y eso es lo que logramos ver hoy, una red en que se conectó la Minera Centinela con la salud y la gente de TV Canal y su fundación Pequeños Grandes Guerreros. Esto es lo que esperamos como hospital en este nuevo modelo que hemos impulsado de vinculación con el medio, uniéndonos por nuestros pacientes”, sostuvo.
La historia de David, un pequeño gigante:
Ir al colegio, jugar con sus amigos y salir a la calle son actividades cotidianas, pero que David Huerta del Portillo no podía realizar, ya que, desde muy temprana edad, debió aprender a vivir con una grave hepatitis que le produjo una aplasia medular severa. Sin embargo, su enfermedad no era lo que definía a este gran guerrero, sino su sorprendente fortaleza e inmenso corazón, promoviendo causas tan nobles como la donación voluntaria de sangre.
“David logró ver con los ojos de la compasión, pese al dolor y los padecimientos de su enfermedad, pensó en otros”, sostuvo la embajadora comunitaria del establecimiento. En tanto, Leslie comentó sentirse “muy orgullosa de seguir siendo su mamá. Desde muy chico, intenté inculcarle principios cristianos y le decía que uno tenía que amar al prójimo, pero nunca pensé que él lo iba a tomar tan de corazón. David se fue el 14 de diciembre del 2020 y ha sido difícil para mí vivir sin él, es muy complicado porque era mi amigo y mi guía, entonces cuesta levantarse todos los días, pero cuando se presentan estas oportunidades de seguir con los
sueños de él, vale la pena continuar”.
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