Jóvenes que desean ser grandes referentes del freestyle, integrantes del Consejo Consultivo y un niño que busca ser Youtuber. Estos son algunos de los intereses que poseen niños y adolescentes que son incentivados por los profesionales de las residencias Padre Hurtado y Madre Carmen de Illapel.
“Nosotros vamos a ser historia en un futuro, vamos a ser mejores que nuestros padres, que nuestros abuelos”, señaló una de las adolescentes que forma parte del Consejo Consultivo y como ella, cientos de niños, niñas y adolescentes de residencias familiares están trabajando para perseguir sus sueños, con el apoyo de las directoras y profesionales de las residencias Padre Hurtado y Madre Carmen.
En ambas residencias se proyectan desafíos que surgen de los propios intereses de los niños, niñas y adolescentes. Creación de puntos limpios, instalación de sala de música e incorporación a equipos de fútbol son algunas de las iniciativas que lideran los jóvenes talentos.
Al respecto, la directora de la residencia Padre Hurtado, Maryorie Ibacache, señaló que “ahora tenemos previsto varios proyectos que nacen desde el interés de los mismos adolescentes, entre ellos puedan que puedan vivir experiencias con salidas recreativas fuera de la región , promover el gusto por la creación musical, inserción en distintas instancias de la comunidad con algunos proyectos que se concretarán prontamente, entre ellos uno donde los adolescentes integrarán un club deportivo de la localidad de Llimbo, siendo esto un paso fundamental para los anhelos de quienes se proyectan en esta área deportiva”.
Con la creación del Servicio Mejor Niñez se potencian la creación de residencias con enfoque familiar, las cuales deben poseer características específicas tales como; encontrarse en zonas residenciales con espacios acogedores y personalizados para recibir a 15 niños, niñas o adolescentes, entre otras.
Así lo explicó Maryorie Ibacache, quien señala que con la puesta en marcha de Mejor Niñez se tuvo la oportunidad de conformar una residencia familiar donde los niños y adolescentes consideran el espacio como propio. “Ha sido posible implementar dichas posibilidades de cambio construyéndolo mediante la voluntad capacidad y espíritu de cada uno de los integrantes del centro Residencial en el que, si bien los niños son alejados por diversos motivos de sus familias, hayan tenido la posibilidad de encontrar acá otra familia”.
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