Con sólo 20 años fue diagnosticado con un tumor cerebral, lo que, sin duda, significó un rotundo cambio en la vida de este joven y su familia. Ronald Soto es de Santa Virginia, una localidad al interior de la cordillera de Illapel y tiene vagos recuerdos de esa noche, cuando su hermano lo encontró convulsionando. Fue trasladado desde el Hospital de Illapel de urgencia hasta el Hospital de Coquimbo donde fue intervenido en dos oportunidades para extraer la mayor parte del tumor que lo aquejaba. Posteriormente, fue derivado a la Unidad de Hemato-Oncología del Hospital de La Serena para que el equipo de salud pudiera realizar estudios y buscar alternativas de tratamiento.
Este joven illapelino hoy tiene 23 años y se ha convertido en el primer paciente de la Región de Coquimbo en ser tratado con medicina de precisión, un nuevo enfoque de la oncología que busca diseñar tratamientos lo más a la medida posible del paciente para alcanzar una mayor efectividad, reducir los efectos adversos y ampliar la oferta terapéutica para aquellas personas que no responden a tratamientos más generales.
Su médico tratante en el Hospital de La Serena es el doctor Javier Elorza, quien explica que “Ronald tiene un tumor muy inhabitual, y que pese a las dos intervenciones realizadas, lamentablemente no pudo ser resecado o extraído completamente, ya que de intentarse podría causar un daño irreversible en el joven; sin embargo el tumor -al ser estudiado genéticamente gracias a la medicina de precisión- tiene una mutación especial, lo que nos permitió tratarlo con oncología de precisión, convirtiéndose en el primer paciente en ser tratado con este nuevo enfoque de la medicina, y en estos tres meses ha mostrado una muy buena respuesta y tolerancia al tratamiento y esperamos que pueda concluir su tratamiento sin ningún problema”.
Ronald asiste regularmente al CDT del Hospital de La Serena a sus controles junto a su madre, donde recibe la terapia farmacológica que ha tenido una buena respuesta en los primeros tres meses de uso. “Estoy feliz con el tratamiento ya que está haciendo efecto, había un 30% de probabilidades que resultara y un 70% de que no, y en el último control el doctor nos indicó que la resonancia mostró que se está reduciendo el tumor y eso me hace tremendamente feliz. Soy joven tengo todas las ganas de trabajar, de viajar, de salir adelante y disfrutar de la vida; la vida es una, entonces hay que vivirla día a día y aprovechar en cada momento”, relata el joven.
¿En qué consiste la Medicina de Precisión que está ayudando a Ronald?
La medicina de precisión es un concepto que se utiliza en el mundo desde hace aproximadamente dos décadas, cuyo enfoque también se aplica al mundo de la oncología y según los especialistas, es una técnica que llegó para quedarse y si bien, aplica para el 20% o 25% de los tumores cancerígenos, constituye un importante avance para estos casos. A nivel nacional, este tema está recién instalándose en el sistema público, por esta razón, el que, en el Hospital de La Serena se esté incorporando este enfoque, pone al equipo de salud a la vanguardia y ejerciendo un liderazgo tanto en lo formativo como en lo terapéutico.
El doctor Javier Elorza, anatomo patólogo y oncólogo del recinto serenense explica que este nuevo enfoque consiste fundamentalmente en “la aplicación de una serie de técnicas moleculares que permiten determinar el tipo de alteraciones genéticas de los tumores o lo que nosotros llamamos mutaciones, las que, una vez identificadas en un determinado tumor, permiten diseñar un tratamiento más a la medida del paciente. Esto constituye un cambio de paradigma totalmente, porque lo que hacemos hasta el día de hoy en oncología es tratar a todos los pacientes con los distintos tumores que tienen, de la misma manera”.
Este tipo de tratamiento combina la farmacología (la ciencia de los medicamentos) y la genómica (el estudio de los genes y sus funciones) para desarrollar medicamentos más efectivos y seguros, cuyas dosis están diseñadas a la medida de las variaciones genéticas del tumor que presenta la persona. Se trata de una medicina de alta especialización y elevados costos, donde, por un lado, se requiere de tecnología de gran precisión, para realizar los estudios de la genética del tumor, y por otro, escoger la terapia adecuada según los resultados obtenidos.
Elorza detalla que “la genética lo que hace es buscar biomarcadores que nosotros llamamos predictivos; es decir, que posee una alteración genética que nos va a decir que un determinado tumor, al tener esta mutación va a responder a un determinado tratamiento de cierta forma. Los tratamientos van desde fármacos orales, esquemas de quimioterapia, inmunoterapia y tratamientos mucho más complejos basados en técnicas genómicas como terapia génica; es decir, lo que ya tenemos, pero dirigido de mejor manera”.
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