El hombre de ahora 33 años, fue condenado a la misma pena de su juicio anterior.
La mañana de este jueves, el imputado por la desaparición y muerte de la estudiante japonesa Narumi Kurosaki, el chileno Nicolás Zepeda, fue declarado culpable de su asesinato por el jurado del Tribunal de lo Penal de Vesoul, en Francia.
Quien hasta las últimas instancias apeló con gritos su inocencia, fue condenado a 28 años de prisión. Esta sentencia es la misma del primer juicio y va acompañada de una prohibición de salir del territorio francés hasta que haya finalizado.
En sus últimas palabras previas al veredicto, Zepeda declaró:
“No soy un asesino, no maté a Narumi (…), no sé de qué otra manera decirlo. Yo no la maté”, expresó.
Tras siete años y 16 días de su desaparición, el misterio del paradero del cuerpo de la joven asiática permanece.
El fiscal general Etienne Manteaux, quien llevó la causa de Narumi, indicó que: “Su total falta de empatía hacia la familia Kurosaki. No encuentro circunstancias atenuantes. Hizo mal uso de sus dotes naturales al poner su inteligencia superior a la media al servicio de su proyecto criminal”, cerró el persecutor francés.
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