Las bocinas en el taco, el volumen en el que escuchamos música y hasta la constante asistencia a conciertos, pueden causar importantes daños en la audición.
Vivimos en un mundo lleno de sonidos. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, recibimos de forma constante estímulos sonoros, todos en diferente intensidad. Sin embargo, cuando estos sonidos se vuelven algo molesto, incómodo y no deseado, se transforman en ruido.
El ruido es un problema que puede afectar gravemente la salud, generar enfermedades e incluso dañar los oídos de forma irreversible. Esta molestia a veces se presenta en situaciones que no podemos controlar, como las bocinas en el tráfico matutino o una construcción, pero hay otros hábitos que son personales, no los notamos, y pueden estar afectando lentamente la audición.
“Muchas personas escuchan música a un volumen demasiado alto y esto lo hacen a diario. Lo ideal es que tanto la televisión como la música la escuchemos a 85 decibeles como máximo, para no causar un daño. Además, el tiempo de exposición también es importante, por ejemplo, al escuchar música con audífonos que van dentro del canal auditivo o aquellos grandes que van por fuera, es recomendable no utilizarlos por un tiempo mayor a 60 minutos”, señala la fonoaudióloga y encargada del Programa de Tamizaje Auditivo en el Hospital de Coquimbo, Daniela Álvarez.
La profesional además agrega que, si una persona ha seguido esta rutina por algunos años, y de pronto la música fuerte y los ruidos de automóviles en la calle no los siente tan elevados, podría ser un indicador de que algo anda mal. “Los signos de alerta son la sensación de oído tapado, zumbido en el oído, de bombeo o como que algo está presionando. Eso nos hace pensar que algo anda mal en nuestra audición”, complementa.
¿Es normal sentir una especie de pitido después de un concierto? Otro de los hábitos que podrían influir negativamente en la salud auditiva es la asistencia constante a conciertos, ya que los asientos más costosos suelen ser los ubicados cerca del escenario y, por ende, donde el volumen de la música se escucha aún más alto.
Por eso, no es sorpresa que después de disfrutar la presentación de un artista, aparezca una especie de pitido o zumbido en el oído, algo que para la fonoaudióloga del Hospital San Pablo, también es un indicador de alerta.
“Si bien no es que sea algo normal, ya que se genera por la vibración mecánica de la exposición a una cantidad de decibeles altos, nuestro oído empieza a generar un sistema de protección, y ahí es cuando empezamos a sentir este pitito. Entonces no es normal, nos da un indicio que algo anda mal y debemos salir del lugar. Obviamente, cuando uno va a un concierto no protege sus oídos, pero si hay que hacerlo posterior a esto, por ejemplo, evitando exponerse a un nivel de ruido similar en los días siguientes”, recomienda. En el caso de quienes experimentan un nivel elevado de ruido por temas laborales, la encargada del Programa de Tamizaje Auditivo recomienda “utilizar la protección auditiva, esto está dentro de los Elementos de Protección Personal (EPP) que el empleador debe entregar. Por favor, ocúpenlos, el daño auditivo no es reversible”.
¿Cuándo consultar a un especialista en audición?
Desde antes de nacer, la audición nos conecta con el mundo e incluso resulta fundamental en el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Por eso, descubrir a tiempo alguna afectación puede incluso cambiar el pronóstico para llevar una mejor calidad de vida.
En mayo del 2022, el Hospital San Pablo de Coquimbo implementó el Programa de Detección de Tamizaje Auditivo Universal, el cual ha realizado más de 4 mil screenings para todos los recién nacidos, un examen rápido, gratuito e indoloro que permite detectar precozmente la pérdida parcial o total de la capacidad auditiva.
En el caso de los adultos, lo recomendable es que se realicen un chequeo una vez al año, de esta forma se pueden detectar las razones de una escucha más baja, que no siempre son debido a una hipoacusia o sordera. “Muchas veces podemos tener algo sencillo, como un tapón de cerumen”, complementa Daniela Álvarez.
Finalmente, en el Día de la Conciencia sobre el Ruido, la especialista reitera la importancia de ser cuidadosos con nuestra exposición auditiva y la de los más pequeños. “Si tuviera que dar un consejo, en el caso de los niños es evitar lugares con alta contaminación acústica como conciertos o estadios, y en el caso de los adultos, moderar el tiempo de exposición a los ruidos. Si no es necesario hacerlo por un tema laboral, hágalo por la salud
auditiva, de verdad que es algo primordial y que no se puede recuperar”, cierra.
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