Este acierto de la Policía de Investigaciones (PDI) Coquimbo, dejó al descubierto una mala práctica que es más común de lo que se cree. Es por eso la importancia del trabajo en conjunto que realizaron la policía civil y el Ministerio Publico.
“Se logró dar con un ciudadano chileno, residente de la comuna de Coquimbo, que mantenía una colección privada en su domicilio particular con diferentes objetos que están protegidos por la Ley de Monumentos Nacionales. Son cerca de 150 piezas paleontológicas que fueron incautadas”, relató el comisario de la PDI, Edgardo Rodríguez Contreras.
El hallazgo lo realizaron los detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Contra la Salud Pública y Medio Ambiente (Bridesma), quienes se encontraron con “una colección que bastante amplia. Había objetos que, por su condición material, fue muy difícil de manipular. Por lo tanto, tuvimos que hacer ahí un trabajo de fijación, para después hacer el retiro de ellos.”
Tras el allanamiento, el dueño de casa dijo ser coleccionista, pero el comisario Rodríguez nos contó que “es fundamental que tenga una autorización del Consejo de Monumentos y eso no lo pudo acreditar. Tuvimos una detención en flagrancia por este hecho”.
La Ley de Monumentos dice que estos objetos son propiedad del Estado. Por lo tanto, ninguna persona particular los puede tener como parte de alguna colección privada o hacer usufructo de ellos. Si se encuentra con un fósil, ya sea en la playa, en la cordillera o en algún valle, se debe fotografiar, dejar en el lugar y dar cuenta a las autoridades correspondientes, en este caso, al Consejo de Monumentos.
Quienes no cumplan con estas medidas, arriesgan condenas que van desde los 541 días a los 3 años cárcel. Además, de una multa que puede llegar a las 200 UTM.
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