Entre enero y septiembre de 2024, la Policía de Investigaciones (PDI) de Coquimbo analizó 883 denuncias relacionadas al delito específico de “Estafas y otras defraudaciones”.
El análisis de las cifras arrojó una marcada tendencia hacia el uso de medios tecnológicos para cometer este tipo de ilícitos. Un 46,4% de los casos denunciados (410 hechos) ocurrieron a través de internet, lo que refleja un incremento en la sofisticación de las técnicas delictuales y la expansión de las estafas en plataformas digitales.
Las redes sociales destacan como el principal medio utilizado, representando el 44% de los casos ¿El motivo? Los delincuentes aprovechan la accesibilidad y la masificación de estas plataformas para crear perfiles falsos, realizar ofertas fraudulentas, o acceder a información personal y financiera de las víctimas.
Le siguen las páginas web, involucradas en el 38% de los fraudes en línea, donde los estafadores crean sitios fraudulentos que imitan plataformas legítimas o venden productos inexistentes.
Según los datos de la PDI, el 37% de las denuncias se producen en la tarde (12:01 a 18:00), lo que sugiere que los estafadores aprovechan este horario de alta actividad comercial y personal para actuar. Le sigue la mañana (06:01 a 12:00) con el 28% de las denuncias, un período en el que muchas personas inician su jornada laboral o realizan transacciones, lo que puede facilitar el contacto con los estafadores, especialmente por teléfono o Internet.
Para el Prefecto Carlos Paz, jefe de la Brigada de Delitos Económicos de La Serena, “estamos preocupados por el tema de las ventas por Facebook, Instagram u otras redes sociales, donde cada transacción o compra que se realiza, finalmente nunca llega el producto o son falsas (…) En este ámbito de acción, y tomando en cuenta este gran número de denuncias, llamamos a la ciudadanía a tener más desconfianza con respecto a los mensajes que le llegan, a los correos que reciben y a los llamados que están recibiendo desde un número desconocido”.
Este fenómeno se alinea con las tendencias globales, donde el uso de tecnología para defraudar ha crecido significativamente debido al aumento de las transacciones y la interacción en línea.
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