Cuando nos contaron que existía una mítica empanda en Coquimbo, que logró fama internacional tras el tsunami de 2015, fuimos tras sus pasos.
Llegamos hasta el Borde Costero de Peñuelas y entre los food tracks que ahí se encuentran dimos con el carro del “Loco Yustin”, el primero en instalarse en la caleta de pescadores de Peñuelas.
Y ahí estaba la reina de lugar, la empanada Tsunami. Grecia Carvajal, dueña y la mano maestra detrás de la empanada nos cuenta que “esta empanada surge del Tsunami, obviamente. Acá en la caleta éramos como 15 ó 18 carros y a todos ellos el Tsunami los desplazó, pero los pudieron arreglar. No así el mío, que se quebró por la mitad, así que yo tuve pérdidas totales”.
Pese a las dificultades Grecia nos cuenta que salieron a flote “a puro ñeque. Como mujer coquimbana, invertimos de nuevo y nos compramos otro carro. Y para no quedar con la pica, creamos la empanada Tsunami, para sacarle yo pica al Tsunami, no que él me ganara”.
Pero dejemos que sea ella quien nos cuente la historia de cómo llega a patentar este manjar marino: “Para un verano me hicieron igual entrevistas internacionales por del tsunami y vinieron muchos clientes. Era mucha la demanda que tenía, hasta me la copiaron por ahí en un restaurante. Entonces de ahí surgió la idea y un amigo que es publicista me hizo todos los papeles, todos los trámites por internet y me la patentó. La empanada Tsunami es solamente de acá, de Coquimbo, de Peñuelas. Y la gente la pide mucho. Es la estrella de nuestro carro”.
Y quiere saber los ingredientes, tome nota: La empanada Tsunami se arma con camarón, macha, jaiba, loco y ostión, más el queso. Vaya y pruébala, y después nos comenta cómo estuvo la experiencia.
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