Todo partió tras la viralización de un video donde un visitante a la playa grande de Totoralillo, manifestaba que le estaban cobrando hasta 10 mil pesos por hacer uso de unas sillas ubicadas en pleno borde costero.
Al rato nos enteramos que el reelecto alcalde de Coquimbo, Alí Manouchehri, estudiaría la revocación y recuperación de la península: “Estamos hablando de la playa y te están cobrando por el uso de unas sillas y quitasoles (…) La Armada es el administrador de los 80 metros después de la alta mar y creemos que podría haber incumplimiento de la concesión marítima”.
Hasta acá, la historia nos hacía ver una posible irregularidad que se estaba produciendo en una de las playas más codiciadas de la Región, pero fue la declaración del Capitán de Puerto, Lorenzo Panes, la que le dio un vuelco total a este caso: “Técnicamente, sólo existe una concesión marítima. Que es un restorán de la península, que está renovada hasta junio de 2029. Ha cumplido con todo lo que la ley exige. No hay motivo para que sea caducada”.
Ahora preste atención, que les contaremos el marco legal que rige en Totoralillo y otras playas de Chile: “Lo primero es aclarar que se trata de un terreno de un particular. El hecho de que (sillas y quitasoles) se encuentren sobre la arena, no significa que sea de jurisdicción de la marina (…) Cuando se revisa el título de la propiedad, se indica que es un título que colinda con el mar de Chile. Es una figura jurídica que existe en muchas playas de chile. Son títulos de dominio muy añosos, son de antes de que existiera el reglamento de concesiones marítimas. Desde el año 1964 en adelante, se exige a todos los terrenos una franja de 80 metros a beneficio fiscal”, explica Panes.
Y también añade que “cuando el terreno colinda con el mar de Chile, sólo existe una franja, que se llama playa, y que es lo que baña la ola desde la baja marea hasta donde sube la ola en su expresión máxima (…) Ahí queda una servidumbre de pesca de 8 metros, para que se den todas las facilidades cuando varen los botes por una emergencia, por ejemplo”.
Entonces, ¿qué es lo que sí puede fiscalizar la Armada en Totoralillo?, el capitán de puerto lo comenta: “Nosotros velamos y cuidamos la seguridad humana en el mar, ver temas de deportes acuáticos y actuar en delitos por flagrancia (…) No fiscalizamos si tienen patentes de comidas, permisos sanitarios o zonas de camping, por ejemplo, esas no son competencia de la Armada.
Patricio Manríquez, administrador de playa grande Totoralillo y protagonista del video viral que dio inicio a esta historia con final inesperado, señaló que “las reposeras llevan más de 20 años acá (…) Hay una línea que identifica los terrenos particulares y los de bien uso público. De los quitasoles hacia adelante es de todos los chilenos. Si cobramos por las reposeras es porque hay gente que acá hace aseo y cuida la playa. Acá no pueden entrar los camiones municipales a retirar la basura y con esa plata le damos pega a bastantes personas”.
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