Con un desfile único por las calles de Illapel, cientos de crianceros y más de 2 mil cabritas protagonizaron una de las celebraciones más emblemáticas de la zona, destacando la trashumancia como una práctica ancestral que conecta a las comunidades rurales con su entorno. Valorado como un evento que no solo honra el sacrificio de quienes dedican sus vidas al cuidado del ganado, sino que también refuerza el lazo entre lo urbano y lo rural, invitando a la comunidad a ser parte activa de esta tradición.
La fiesta comenzó el viernes 6 de diciembre con la Choca, un ritual donde los crianceros se reúnen para descansar y prepararse antes de iniciar el viaje hacia las veranadas. En el Fundo La Aguada, familias enteras compartieron historias, bailes, juegos típicos, anécdotas y una cena comunitaria que simboliza la unión que caracteriza a este oficio.
El sábado, las calles de Illapel se llenaron de vida con el paso del ganado caprino, una imagen que dejó huella en vecinos y visitantes. “Es muy bonito y emocionante, estas son tradiciones que llevan muchos años. Es un privilegio presenciar algo así, porque no lo vemos todos los días. Lo hacen con tanta dedicación, y que pasen por nuestra casa lo hace aún más especial”, expresó Maritza Godoy.
Por su parte, María Araya, una criancera que lleva más de 50 años en este oficio, compartió su emoción al ver nuevamente a las personas demostrando su cariño en la pasada. “La gente nos aplaude, y las autoridades también se ponen en nuestro pellejo. Eso es muy bonito. Para nosotros es algo que nos llena de alegría, me siento realmente feliz. Si ahora me retiro, lo hago con una gran satisfacción. Y al volver el próximo año, lo haré igual de feliz”.
Tras el desfile, el Parque Ambrosio O’Higgins fue el epicentro de la celebración con un acto oficial, música costumbrista y actividades gastronómicas que dieron vida a un ambiente de fiesta y tradición. Además, se instalaron stands de artesanos y emprendedores locales, ofreciendo productos típicos y fortaleciendo la economía comunal.
El alcalde de Illapel, Denis Cortés, quien acompañó desde temprano a los crianceros, subrayó la relevancia de toda la actividad. “Seguimos trabajando para mantener esta actividad centenaria, una de las fiestas más hermosas de nuestra comuna. Celebramos a nuestros crianceros, quienes con esfuerzo y tradición han hecho grande a Illapel.
Soñamos con ser una ciudad moderna, pero sin olvidar nuestras raíces ni el aporte de quienes, a través del queso de cabra, han dado tanto a sus familias y a nuestra tierra”. Cabe destacar que, junto con apoyar esta actividad tradicional, el Gobierno Regional, con una inversión de $416 millones, lanzó el programa de saneamiento sanitario productivo, que busca desparasitar al 100% de la masa caprina en la región, beneficiando a cerca de 1.690 pequeños ganaderos. Además, se financiará el peaje de 25 mil cabezas de ganado que cruzarán hacia las veranadas en Argentina.
El gobernador Darwin Ibacache, presente en esta ceremonia, dijo que “en Illapel celebramos con orgullo la Fiesta del Criancero y la Trashumancia, una tradición que destaca el sacrificio de quienes producen el preciado queso de cabra cordillerano. Felicitamos a los crianceros por su esfuerzo, y al municipio, al alcalde y a los equipos que hacen posible este evento, que no solo enorgullece a nuestra región de Coquimbo, sino también a todo el país”, destacó la máxima autoridad regional.
El evento concluye el domingo con una demostración gastronómica de productos caprinos y actividades que siguen invitando a todas las familias a celebrar este tradicional evento.
Tanto autoridades como la comunidad destacaron que Día del Trashumante y Criancero Caprino no solo es una celebración, sino un llamado a valorar y proteger las prácticas que dan vida al mundo rural. Desde el particular desfile hasta el desarrollo de las actividades, Illapel demostró el esfuerzo y orgullo de sus crianceros.
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