A través de un comunicado, alumnas feministas de la Universidad Central de La Serena expresaron su “absoluto y total repudio” al nombramiento del nuevo director regional de la Corporación de Fomento de La Producción (Corfo), Gregorio Rodríguez (UDI).
En la declaración pública hablaron sobre la preocupación que sienten, ya que existiría una denuncia por presunto acoso sexual en su contra por una alumna de Rodríguez cuando este era profesor de derecho en la Universidad Central de La Serena.
Esos hechos, ocurridos en 2016, provocaron una movilización al interior de la universidad. El comunicado emitido por el Tejido Feminista IV Región y Mujeres Autoconvocadas Universidad Central de La Serena señala que, el ahora director de Corfo, renunció a su puesto como docente antes de que se pudiera investigar.
“Nos parece una decisión política a lo menos humillante, considerando que tal cargo es de “exclusiva confianza” de la autoridad que la designa”, indica la declaración.
Y agrega que “unido al contexto nacional que a la fecha suma 21 universidades en toma feministas; nos hace sentir derechamente humilladas por tan nefasta decisión política de designar en un alto cargo público al sr. Gregorio Rodríguez por todo cual, por medio de este comunicado pedimos derechamente su remoción”.
Acusaciones falsas
La casa de estudios estuvo movilizada debido al uso de lenguaje sexista y fascista. En una asamblea contra la violencia de género se dio a conocer el supuesto acoso sexual, señalado por una alumna y por parte del centro de alumnos.
Si bien, la Universidad inició una investigación, cumpliendo con el protocolo, tuvo como resultado que “no existe ningún antecedente probatorio que permita considerar alguna conducta impropia o indebida en su función de docente”.
En el Acta del Comité de Ética del 27 de julio de 2016 se afirma que “Sobreséase a don Gregorio Rodríguez Jaure, de la denuncia sobre conducta y actitudes poco profesionales”.
Además, ella declaró por cuenta propia a través de sus redes sociales, que a raíz de la desinformación y el mal manejo del tema en cuestión, la información fue manipulada: “Jamás acusé a ningún profesor de acoso sexual”, indicó, añadiendo que “el error más grande cometido fue confiar en el centro de estudiantes para que manejara el tema”.
Posteriormente, en el mes de diciembre del 2016, seis meses después del dictamen absolutorio, y de común acuerdo con la Universidad, Gregorio Rodríguez, puso término a su contrato con la casa de estudios.
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