Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo, parálisis de la cara o brazo y, además, visión borrosa de forma repentina. Si al momento de leer esta nota usted presenta estos síntomas, ponga atención a lo siguiente, ya que podría estar sufriendo un Ataque Cerebrovascular (ACV) y los próximos minutos son cruciales.
El cerebro es el órgano que controla los movimientos, conserva nuestros recuerdos y se encarga de las principales funciones de nuestro cuerpo. Para que funcione correctamente, el cerebro necesita oxígeno, el que es transportado por las arterias hasta que algo obstruye su camino. Un ACV ocurre justamente cuando una de estas arterias se tapa, y sin previo aviso, deja de recibir sangre con alto contenido de oxígeno, produciéndose un
infarto en la zona, o bien, cuando la arteria se rompe y comienza a sangrar. En ambos casos, el cerebro no recibe el suficiente oxígeno, lo que provoca que las células cerebrales comiencen a morir en solo minutos.
El doctor Andrés Cifuentes, referente del Programa de Salud Cardiovascular del Servicio de Salud Coquimbo, explica que, debido su gravedad, esta patología es considerada una emergencia médica, ya que solo la acción temprana puede reducir el daño cerebral y otras complicaciones.
“Existen dos tipos de ACV, uno es el isquémico, que es cuando se bloquean los vasos sanguíneos, y el otro es el hemorrágico, que ocurre cuando la arteria se rompe y sangra. En ambos casos, el tiempo de respuesta es de aproximadamente 1 a 2 horas, las que son críticas, ya que como es una enfermedad tiempo dependiente, mientras antes acudamos a la urgencia, menos secuelas vamos a tener. En este sentido, las primeras 24 horas después del evento son críticas para saber si el usuario fallece o vivirá con secuelas. Aquí, el tiempo juega a favor del paciente”, explica el especialista.
¿CÓMO SABER SI ESTOY EN RIESGO DE SUFRIR UN ACV?
Para el doctor Andrés Cifuentes, lo más complejo del Ataque Cerebrovascular es que es silencioso, ya que, si bien sus síntomas aparecen de forma inesperada, sus causas han estado presentes varios años en el organismo. “La mayoría de la población tiene una o más enfermedades cardiovasculares, como diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto u obesidad. El problema se desata cuando estas patologías pasan años sin controlarse adecuadamente, ya que, en este caso, la persona está en riesgo de sufrir un ACV. Si a esto le sumamos que no todos se realizan exámenes preventivos, es probable que muchas personas caminen por la calle sin ningún síntoma, pero desarrollando lentamente una enfermedad crónica y, además, de forma silenciosa, obstruyendo sus vasos sanguíneos poco a poco y aumentando el riesgo de sufrir un Ataque Cerebrovascular”, comentó el referente del Programa de Salud Cardiovascular.
¿CÓMO EVITAR UN ATAQUE CEREBROVASCULAR?
Un Accidente Cerebrovascular puede provocar daño duradero, discapacidad a largo plazo o incluso la muerte. Por eso, para evitar que se desarrolle con los años, existen simples medidas que podemos implementar, como por ejemplo, aumentar la detección oportuna.
“Contamos con un Programa de Salud Cardiovascular que busca que quienes tengan riesgo de sufrir alguna de estas patologías, puedan mantener sus controles y tratamientos al día, además de Elige Vida Sana, programa que pone a disposición de los usuarios de FONASA un equipo de nutricionistas, kinesiólogos y psicólogos de forma gratuita, para mejorar estilos de vida. La forma de acceder es simple, solo deben acercarse al CESFAM donde estén inscritos y tomarse el Examen de Medicina Preventiva (EMPA)”, comenta el doctor Andrés Cifuentes.
¿ANTE QUÉ SÍNTOMAS DEBEMOS A ESTAR ALERTA?
Como lo mencionábamos anteriormente, frente a un ACV el acceder a un tratamiento rápido es crucial para evitar que las células cerebrales continúen muriendo, por lo que el tiempo de reacción es clave. Para no perder valiosos segundos, es primordial saber identificar los síntomas:
Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna, especialmente en un lado del
cuerpo (puede pedirle a la persona que sonría y que levante los brazos).
Dificultad para hablar o repetir una oración.
Confusión o disminución de la conciencia.
Visión doble o pérdida de visión en uno o los dos ojos.
Dificultad para caminar.
Dolor de cabeza intenso.
Náusea y/o vómitos sin causa aparente.
Pérdida de conocimiento o convulsiones.
Para no tener que sufrir alguno de estos síntomas, el llamado del especialista del Servicio de Salud Coquimbo es claro. “No es necesario esperar estas banderas rojas para acudir a los establecimientos de salud. Lo mejor es asistir para controlarse de forma periódica.
Recordemos que el ACV es una consecuencia de años de una descompensación de patologías cardiovasculares que se pudieron controlar de forma preventiva y así evitar sus graves secuelas e incluso fallecimientos. Por eso, quisiera ser enfático en resaltar el llamado a la importancia de acudir a realizarse exámenes preventivos para pesquisar estas enfermedades a tiempo, y a quienes ya han sido diagnosticados, que por favor acudan regularmente a sus controles. Con pequeños cambios, todos podemos ganarle a este enemigo silencioso”, cerró el especialista.
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