“Estoy muy contenta de esta oportunidad y de seguir aprendiendo el tema de belleza, considerando que desde los 14 años me ha apasionado todo lo relacionado con belleza y estética”, señaló Miriam. Ella es parte de los cuatro estudiantes que este año 2024 iniciarán sus estudios superiores y que viven en residencia colaboradoras de protección del Servicio Nacional de Protección Especializada. Un logro que no sólo les permite permanecer en el sistema proteccional hasta los 24 años; sino también adquirir las habilidades necesarias para su inserción exitosa en la vida social y laboral.
Es en ese sentido, el Servicio Nacional de Protección Especializada se encuentra trabajando de manera coordinada con distintos servicios públicos e instituciones privadas de educación para poder garantizar que estos adolescentes y otros que ya cursan enseñanza media, tengan acceso a educación y a medidas de apoyo que les permitan superar las barreras que puedan surgir en su proceso educativo.
“Como servicio estamos orgullosos de este gran paso de estos cuatro adolescentes, estamos convencidos que el acceso a la educación contribuye significativamente al desarrollo integral de estos jóvenes, fortaleciendo sus habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Además, les proporciona herramientas valiosas para construir un futuro independiente y exitoso”, indicó Jaime Folch, director regional (s) del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia.
Además, Folch agregó “como servicio estamos abocados a generar todas las alianzas posibles para abordar de manera integral las necesidades de estos jóvenes en transición hacia la vida independiente. La colaboración entre estas áreas asegura que abarque diversos aspectos de sus vidas y promueva una transición exitosa hacia la vida adulta”.
Historias de superación
Los niños, niñas y adolescentes que forman parte del sistema de protección han sufrido graves vulneraciones de sus derechos. En este contexto, es de suma importancia no solo que estos jóvenes perseveren en su trayectoria educativa, sino también que cuenten con los recursos y el apoyo necesarios para superar los obstáculos y desarrollar habilidades que les permitan una vida independiente y plena.
“Me siento privilegiada de poder estudiar ya que me gusta mucho la cosmetología. Mi expectativa es poder aprender mucho para poder trabajar y agradezco la oportunidad que me están dando”, señaló otra de las adolescentes. De igual forma, Nicolas Quiroga director (s) de residencia de adolescentes Amancay, recalca como las jóvenes que ingresaran a la educación superior se transforman en referentes para sus pares.
“Para las adolescentes significa una posibilidad, de seguir desarrollándose para su propia independencia, contribuyendo a mayores posibilidades para una inserción laboral a futuro. Esto no solo las motiva a ellas, sino que también en el contexto residencial en general. En este sentido, para el grupo de pares, por ejemplo, ambas jóvenes, se configuran como referentes de superación y óptimo desarrollo para la adultez”.
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