La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Esta farmacorresistencia está poniendo en peligro la eficacia del tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
Es por ello que la Unidad de Infectología del Hospital de La Serena está haciendo un llamado a la comunidad a tomar conciencia sobre las repercusiones del uso inadecuado de antibióticos y otros medicamentos.
Aldoaneth Leiva, jefa de la Unidad de Infectología del hospital serenense, explica que “la automedicación ha sido uno de los flagelos en la comunidad que ha impulsado que cada vez aparezcan más gérmenes resistentes. ¿Qué estamos viendo? Venta libre de antimicrobianos, compra de estos medicamentos en la feria, uso de ellos por síntomas que no están definidos como infecciosos, personas que se autodiagnostican y automedican, y esto impacta directamente en cómo cada uno de los microorganismos responden en una próxima oportunidad a un tratamiento”.
La infectóloga enfatiza que “cuando las personas se automedican no se cumple la cadena de un tratamiento, por lo tanto, cuando se utiliza el antimicrobiano inadecuado no erradico la enfermedad, sino que estoy presionando a que otros gérmenes -que puedan estar dentro del cuerpo o dentro del ambiente- detecten cómo actúa el microbiano y ante una próxima situación, no responderá de la misma manera o derechamente no responderá al tratamiento”.
RECOMENDACIONES
Un estudio del Instituto de Salud Pública (ISP) detectó el aumento en el consumo de 5 antibióticos en Chile, siendo los más vendidos la amoxicilina, ciprofloxacino, azitromicina, cefadroxilo y amoxicilina + ácido clavulánico.
Según la médico infectóloga Aldoaneth Leiva es clave que “solamente se deben consumir antimicrobianos que han sido prescritos con receta médica y respetar el tiempo e intervalos del tratamiento”.
Subraya que hay enfermedades virales que no requieren antibiótico. “Ante síntomas respiratorios, incluso congestión nasal, dolor de garganta, como los síntomas del COVID-19, es muy frecuente que las personas se inyectaran penicilina o tomen amoxicilina o azitromicina”, relata explicando que el consumo no controlado de azitromicina está afectando en cómo se tratan enfermedades de transmisión sexual.
“El impacto que tiene una acción sobre lo que puede pasar después, es algo que las personas deberían informarse y educarse”, enfatiza la profesional de la salud.
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