La edición 2024 de la Pampilla de Coquimbo fue todo un éxito en términos de asistencia y ambiente familiar. Sin embargo, uno de los grandes desafíos que enfrentaron las autoridades municipales fue el control del comercio ambulante. A pesar de las medidas preventivas, la situación sobrepasó los esfuerzos de seguridad desplegados.
El alcalde Alí Manucheri destacó la alta concurrencia y el impacto positivo en los emprendedores formales que participaron en el evento, particularmente en la pérgola, donde se concentraron gran parte de los comerciantes establecidos. Sin embargo, el aumento del comercio informal, que incluyó la venta de alcohol y otros productos no autorizados, generó una competencia desleal que afectó el desarrollo ordenado de la fiesta.
Aunque se realizaron más de 400 fiscalizaciones, uso de drones para monitorear el evento, en conjunto con Carabineros, la presencia de vendedores ambulantes y puntos de acceso no autorizados dificultó el control total del recinto. Este descontrol no sólo perjudicó a los comerciantes formales, sino que también complicó la logística y la seguridad del evento, haciendo que las autoridades evalúen mejoras para futuras ediciones.
A pesar de estos problemas, la Pampilla 2024 fue calificada como un éxito, en gran parte por el compromiso de los funcionarios municipales y el uso de tecnología, como drones, para garantizar la seguridad y orden en gran parte del evento. “Se sintió muy familiar, se logró una Pampilla segura y a pesar de todo bien organizada, pero debemos seguir mejorando para las próximas ediciones”, concluyó Manouchehri.
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