Existen récords que son difíciles de romper y también están los que son imposible. Ciertamente el de Cal Ripken Jr. cae en la categoría de imposible.
Un día como hoy en 1998, terminó una de las hazañas más memorables en la historia de las Mayores. Luego de 2,632 juegos consecutivos, Ripken decidió que era un buen momento para poner fin a la larga racha. El entonces tercera base decidió no ser parte de la alineación titular para el juego contra los Yankees en Camden Yards.
Los Orioles salieron al terreno y los fanáticos se percataron de que Mike Bordick era el campocorto y que Ryan Minor patrullaba la tercera base. De ahí procedió aplausos luego de que se hiciera oficial que Ripken no jugaría.
Ripken salió a saludar a la fanaticada. Los Yankees salieron del dugout a aplaudirle el logro en una muestra de respeto.
Tres años y dos semanas antes, Ripken rompió el récord de Lou Gehrig al jugar su 2,131er partido consecutivo. La marca original de Gehrig duró 56 años.
La racha comenzó en mayo de 1982 y duró 16 años. Ripken jugó todos los encuentros de los Orioles por 15 temporadas al hilo.
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