El antiguo proverbio dice “no hay nada que dure para siempre” y esto se aplica hoy para el conjunto pirata. Han sido 11 años de frustración por el hecho de no lograr volver a la Primera división, pero dicha situación está a punto de llegar a su fin.
Reemplazar amargura por alegría, decepción por ilusión, desencanto por éxtasis. Esa es la cuestión y eso es lo que merece esta hinchada fiel que ha vivido de todo en estos años en la 1aB. El mérito también de sus jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, los artífices de este momento.
Quedando dos partidos en disputa y con 5 puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor, todo está dado para que Coquimbo Unido alcance el máximo premio de la categoría y no es de casualidad.
El cuadro aurinegro ha sido el más sólido durante la temporada y a través de su identidad futbolística, conquistó no sólo al público local, sino que también impresionó positivamente a toda la categoría, por lo tanto es más que merecido el lugar en que se encuentra.
El pueblo aurinegro está convencido que éste debe ser el año del ascenso, la mentalidad es positiva y el entusiasmo no conoce de límites.
Coquimbo está en las puertas del cielo y nadie les puede quitar esa posibilidad, sólo falta un punto y que nadie dude que se está muy cerca de conseguirlo.
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