[Opinión] Farmacia: un bien común que pudimos cuidar entre todos

Por Alberto Barlocci

Quien pasa por el hall de la farmacia del hospital de La Serena, podrá apreciar el cambio que se ha dado en la gestión de la farmacia. Se han reducido los tiempos de espera para la entrega de medicamentos, se ha cambiado el sistema, algunos los reciben a domicilio, es posible reservar la hora de entrega para el mes siguiente. No es menor relevar que se ven a los empleados trabajando sin tantas presiones y en mejores condiciones. Eso nos alegra. Nobleza obliga, cabe reconocer y felicitar a la dirección del hospital que ha modificado positivamente un sistema que era una humillación y un abuso para los usuarios, con hasta seis o siete horas de espera, pese a que en gran parte del público son personas de la tercera edad.
Igualmente, las autoridades del hospital le deben a la ciudadanía una explicación de porqué eso no se hizo antes, y fue necesaria la denuncia canalizada por MiRadio para que se modificara un sistema claramente mal organizado.
Recientemente, el director de MiRadio, Roberto Dueñas, se preguntaba si es tarea de los medios fiscalizar cómo se brindan servicios públicos. ¿Acaso no debería haber autoridades públicas con la función de fiscalizar la eficiencia de los servicios públicos? Indudablemente, cuando algo no funciona en modo tan manifiesto como el episodio que referimos, alguien no está haciendo bien su trabajo: los que están a cargo un determinado servicio o los que deberían fiscalizarlo. Pero eso no impide que los medios de comunicación, expresión de la sociedad civil y por tanto voz y oídos de la opinión pública, le corresponde una tarea fiscalizadora (como a todo ciudadano), en el entendido de que siempre el Estado le debe rendir cuenta a la ciudadanía. No es un favor, es un deber. La ciudadanía es en efecto el financiador y el verdadero empleador de la función pública. No solo, el Estado es custodio y administrador de bienes públicos y bienes comunes. No son la misma cosa. Un bien público es la iluminación callejera o la vía pública, las plazas, las playas. Todos tenemos acceso a ellos, pero no necesariamente los usamos. Los bienes comunes, en cambio, los usamos entre todos y nadie puede ser excluido: el agua, la calidad del aire, la educación, la seguridad, la confianza, pero también la salud son bienes comunes. No podemos privarnos de ellos, ni podemos tener una alternativa a ellos. Por ello, el cuidado y la producción y de alguna manera la gestión de estos bienes le incumbe a todos, más allá de que haya entidades fiscalizadoras. Existe siempre una mirada, la de la gente, que es necesaria para verificar si y cómo se están haciendo las cosas.
Agradecemos a los muchos auditores que han apoyado MiRadio en su tarea, aportando su punto de vista, su experiencia y su sentir. Es necesario que esta alianza siga, porque tenemos que construir una cultura por la que los ciudadanos aprendamos a manifestarnos, a expresar nuestro sentir, pues la vida en nuestra comuna nos pertenece y nos necesita.
Queremos agradecer a las autoridades que – en este caso- han sabido escuchar la voz de la gente. Tienen mucho que ganar de ello. La salud, el transporte, la cultura, los diferentes servicios públicos son áreas delicadas en las que a menudo se juega la calidad de vida de muchas personas. Saber que los servicios que pagamos con nuestros impuestos responden a nuestras necesidades contribuye a la seguridad, a la confianza general y al sentido de pertenencia a una comunidad. Hay mucha, demasiada gente, que se siente excluida, que siente que su vida en el fondo no le importa a nadie. Por ello es necesario reforzar las alianzas y no las distancias entre la ciudadanía y las autoridades.
No es nuestra vocación de comunicadores buscar adversarios. Todo lo contrario: nuestra vocación es tender puentes, ser canales de comunicación. En esta tarea de edificar y preservar bienes comunes, que quede claro, somos todos aliados. Lo que necesitamos es romper círculos viciosos de ineficiencia y crear círculos virtuosos de servicios con calidad social. Y ojalá podamos contar con la buena voluntad y la colaboración de todos.