La espera terminó, como lo han mencionado especialistas en todo el orbe deportivo, la final “mas larga de la historia” al fin se jugó bajo estrictas medidas de seguridad en el estadio Santiago Bernabéu y en las afueras de él por todo el centro de Madrid.
Luego de los incidentes en Buenos Aires, la Conmebol tras intensas negociaciones logró que el Real Madrid facilitara sus dependencias para poder jugar el partido reprogramado de vuelta de la final de la Copa Libertadores de Ámerica en un partido inédito, y plagado de vergüenza por la agresión sufrida por el bus que transportaba a Boca Juniors por las calles de Buenos Aires.
El primer tiempo finalizó 1-0 a favor del equipo Xeneize con gol de Benedetto quien en un certero contragolpe definió al palo derecho del buen arquero Armani que nada pudo hacer ante el preciso disparo del jugador de Boca. En la segunda mitad el Ex Cruzado Lucas Pratto anotó el empate esperanzador para River Plate. Minutos mas tarde la expulsión del colombiano Wilmar Barrios por doble amarilla determinó el encuentro.
En el alargue, con un Boca Juniors diezmado por una nueva expulsión y varias lesiones, sumado a los goles de Quintero para el 2-1 de River y la definición con el arco desguarnecido de Martinez sentenciaría uno de los encuentros mas trascendentales en la reciente historia del fútbol mundial, aunque lamentablemente no tan solo por lo deportivo.
Un partido trabado, con poco ritmo y con poca calidad futbolística debido en parte a la tensión acumulada por varios días después de los hechos acontecidos se definió por la mejor puesta a punto física de River y con un juego mas estratégico, pudo obtener la copa Libertadores después de los 120 minutos totales.
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