Julio Comienza en Julio, elegida en 1999 como la mejor película chilena del siglo XX, fue el marco para que Silvio Caiozzi comenzara una amena conversación con estudiantes de segundo y cuarto medio de la comuna de Vicuña. “Me voy con una impresión fantástica de ver el interés que hay, las preguntas que se hicieron y el trabajo que se está haciendo en invitar estudiantes para que vean cine chileno, me parece notable. Es algo que hace falta en muchos lugares de Chile y ustedes lo están haciendo”, enfatizó el cineasta.
Se cumplen 40 años desde que se realizara esta película que marcó un antes y un después y dio nuevos aires al cine chileno, realizada en un momento histórico complejo, donde el cine y la cultura en general, sufrían un estancamiento. “Era un momento en el que comenzábamos a escuchar atrocidades, piensa que filmamos la película tres años después del golpe, entonces todavía no se sabía muy bien lo que realmente pasaba, pero ya se sabían muchas cosas terribles, entonces había precaución, había susto, uno no sabía muy bien hasta donde podías llegar, que podías decir y que no. No había reglas del juego y menos con el cine”, expresa Silvio Caiozzi.
Sin embargo, el proyecto cinematográfico que el director comenzó a escribir desde el final hacia atrás, fue un éxito que ese mismo año ganó el premio Colón de Oro del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y recibió el Premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile. “Que mayor satisfacción que después de 40 años de estrenada la película se vuelva a exhibir y se dé aquí, es una sensación maravillosa, una película que no ha muerto”, dice con orgullo el director.
El alcalde de Vicuña, Rafael Vera, acompañó al cineasta en el diálogo con las alumnas: “Nos parece fantástico poder dialogar, poder relacionarse con nuestra juventud, que los jóvenes conozcan un poco la historia de cómo empieza el cine nacional. Silvio Caiozii es parte de esta historia, el compromiso social, el relato que establecen sus películas es tremendamente relevante, el cual nos habla del Chile de ayer y también del Chile de hoy y nos hace comparar los diferentes momentos que ha vivido nuestra nación. El nos comentaba, por ejemplo, que cuando quiso estudiar tuvo que ir a Estados Unidos porque acá no había una escuela de cine, bueno eso es parte de lo que ha vivido nuestra patria”, indicó el edil.
En tanto el profesor de historia del liceo, Juan Rodríguez, agradece la instancia para sus alumnas: “Cuando llega el director de la película que estábamos viendo se abre un mundo, saber cómo trabajan, cómo conjugarse con otros actores. Estamos viviendo en una sociedad en que los alumnos son de poca lectura y si podemos traer la historia o la literatura a través del cine es muy bueno”.
Giovanka Manzano, de 4to medio del liceo, fue una de las alumnas que dialogó con el director: “Fue un honor conocer al director de la película justo después de haberla visto porque se generan muchas dudas”. En tanto, Paola Pastén de 2do medio, comparte la misma opinión: “Me encantó la experiencia, él se centró en mostrar la realidad a través de una película, me gustó compartir y conocer qué lo llevó al cine y me pareció una experiencia muy buena que ojalá se vuelva a repetir”.
Las alumnas son un ejemplo de lo que para Caiozzi es una nueva generación: “Viene una generación muy interesada en ver cosas que se ha hecho para aprender y hacerlo mejor, yo estoy muy pro de las nuevas generaciones, ya no estamos con la generación del no estoy ni ahí, es maravilloso ver que acá, en Santiago, en regiones del sur, en todas partes, la gente joven participa, pregunta, aprende y se conmueve y eso me habla de un futuro maravilloso y seguramente contaremos con cineastas extraordinarios”
Respecto del cine chileno, el director es enfático en señalar que aún falta identidad: “El cine actual tiene cosas como en todo, buenas y malas y tiene grandes cineastas que han ganado premios internacionales. Ahora es un cine un poco heterogéneo, muy dispar en cuanto a su forma de hacerse, en lo que dicen, todos hacen cosas distintas y está bien, es un momento de estudio, de aprendizaje. El ideal es que todo eso vaya confluyendo a una cinematografía que tenga una personalidad propia, una temática potente muy propia. Con esto no estoy diciendo que se hayan hecho películas de cosas que no sean chilenas, se ha mantenido el rigor sobre Chile, pero falta crear esa identidad que si ha creado el cine argentino, por ejemplo, tú ves una película argentina e inmediatamente sin escuchar el audio, de alguna forma sabes que es argentina, porque ellos han logrado, con una industria que tiene más de 50 años, crear su propio estilo y forma de hacer cine, a nosotros nos falta un trayecto ahí todavía”, sentencia Silvio Caiozzi.
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