Tuvo la final de la Copa Libertadores por 89 minutos. Se mostró superior en el trámite del partido al Flamengo, pero el goleador Gabriel Barbosa clavó dos estocadas mortales cuando el partido se iba… fue el fin del “Millonario”.
Lima fue testigo de que en el fútbol un partido no se pueda dar por ganado jamás, al menos no hasta que el árbitro de el pitazo final.
Los brasileños se ponen la corona después de 38 años. El “Fla” se adueñó de la posesión desde el inicio, pero River mordía con ferocidad en toda la cancha. Con un magistral Enzo Pérez liderando la tropa, y sin que nadie se restara del esfuerzo, la marca se hacía asfixiante. Así llegó el primer gol. Pérez interceptó un balón en la salida y tras un centro de Gonzalo Montiel desde la derecha apareció Rafael Santos Borré en el punto penal para colocar la pelota pegada al palo en los 13′. El plan de Gallardo era ejecutado a la perfección por sus dirigidos.
No se alteró el guión en el segundo tiempo. Salvo una monumental atajada de Armani a Riveiro. En la jugada previa, el árbitro chileno Roberto Tobar, de correcto cometido, decidió no cobrar penal por mano de Nicolás de La Cruz luego de chequear en el VAR. A los 76′ entró Paulo Díaz por Milton Casco para intentar clausurar la banda izquierda. Tenía la opción de sumarse a Ignacio Prieto como los únicos futbolistas nacionales que han ganado la Libertadores con equipos extranjeros. Parecía que River tenía la final en el bolsillo, pero al Flamengo lo sostenía el orgullo.
No bajar jamás los brazos, batallar hasta el último suspiro trajo recompensa. A los 89′, si, a uno del final, Lucas Prattó perdió la pelota, Bruno Henrique salió disparado y metió un gran pase para Giorgian de Arrascaeta. El uruguayo vio solo a “Gabigol” y se la cedió para marcar el empate.
Tres minutos después, e “Fla” aprovechó el único error de Javier Pinola en la zaga y con un zurdazo liquidó a Armani. Después de su segunda diana, “Gabigol vio la roja, al igual que Exequiel Palacios en los trasandinos. Con diálogos y reclamos se consumió el tiempo.
Ahora si, pitazo final del chileno Tobar, y el carnaval desatado en Lima, que se tiñó de rojo y negro para ver a Flamengo levantar de nuevo la Copa Libertadores, tras 38 años de espera.
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