Este 6 y 7 de enero se desarrolló la Prueba de Selección Universitaria (PSU) a nivel nacional, con distintos incidentes que llevaron a suspender el proceso en ciertas sedes.
Sin embargo y pese a todas las complicaciones del proceso, tres jóvenes con síndrome de down rindieron la PSU en el Colegio José Miguel Carrera ubicada en Avenida Balmaceda.
Ellos son Sabrina, Benjamín y Dominic, quienes se encuentra rindiendo la prueba, una experiencia que para ellos fue satisfactoria y es un logro, aunque la encontraron difícil.
Sabrina indicó que “fue una experiencia bonita, inolvidable, la PSU es difícil y nos cuesta resolverla y entender las preguntas que nos hacen (…) la recepción de los estudiantes fue tranquilo, somos cinco en la sala que nos tocó, hay uno que le cuesta mucho aprender y reconocer la pregunta”, pero está confiada y afirmó que le fue bien.
Por su parte, Benjamín dijo que “en la prueba me fue bien, un poco nervioso”, mientras que Dominic indicó que “la prueba fue larga, al principio estaba estresada y estaba demasiado difícil la PSU”
Jennifer es la mamá de Sabrina, quien señaló que “estuvo muy ansiosa, siempre le decíamos que no dependía su resultado, sino de la experiencia que iba a vivir, en el colegio le hacían las pruebas diferenciadas y acá se encontró con otra situación que era para todos iguales (…) pero fue una experiencia linda para ella y se puso con todas las pruebas”, ella agregó que “para nosotros es una niña feliz, se sabe desenvolver bien y tiene una personalidad increíble, estamos orgullosos como familia”.
Y Patricia, mamá de Dominic, comentó que “estamos muy orgullosos de los niños que han querido vivir este desafío, como familia apoyarlos y darle seguridad”.
Finalmente, Fabián Aguilera, psicólogo y examinador del proceso de PSU que estuvo a cargo de la sala de jóvenes con necesidades especiales, manifestó que “el instrumento como tal es muy discriminador, ya que arroja un porcentaje en cuanto a la capacidad del niño a nivel de contenido pero no mide habilidad y competencia, es una deuda que existe con jóvenes con necesidades educativas especiales”.
Respecto a cómo desarrollaron la prueba, indicó que “con características propias de su diagnósticos, pero ellos no pueden estar sometidos a las 80 preguntas, un nivel de estrés de ese tipo, no solo hay que mejorar el acceso para que ellos se desenvuelvan en la prueba, tiene que haber una adecuación en los contenidos”.
Discussion about this post