El Presidente Sebastián Piñera anunció la segunda parte del Plan Económico de Emergencias por coronavirus, que incluye medidas para proteger el empleo, los ingresos de familias vulnerables y a las pymes.
Las principales medidas se refieren a la creación de un fondo por 2 mil millones de dólares para proteger a las familias vulnerables, es decir, beneficiará a 2,6 millones de trabajadores informales que no tienen seguro de desempleo y que no fueron incluidos en las medidas anteriores.
Por otra parte, ayudar a emprendedores, micro, pequeños y medianos empresarios a través de líneas de financiamiento, esta permitirá acotar el riesgo de crédito extraordinario generado por el Estado de Emergencia y facilitará las condiciones para que los bancos presten capital de trabajo a las empresas por un plazo de hasta 48 meses, con un periodo de gracia de hasta 6 meses y por un monto equivalente de hasta 3 meses de venta.
La línea estará disponible hasta el 30 de septiembre de 2020 y permitirá financiar créditos a las empresas por hasta US 24 mil millones, equivalentes a 20 veces las líneas actualmente disponibles.
Los bancos comprometidos con este programa, deberán otorgar estas líneas de crédito COVID-19 para capital de trabajo fresco en forma simple, masiva, expedita y a tasas preferenciales a los clientes que lo soliciten y que cumplan con los requisitos definidos.
Además deberán reprogramar todos los créditos preexistentes del deudor beneficiado y postergar toda amortización de sus créditos antiguos hasta que los nuevos préstamos estén íntegramente pagados.
Cabe destacar que esta garantía dependerá del tamaño de la empresa. Aquellas con ventas inferiores a 25 mil UF anuales, la garantía del Estado podrá llegar hasta el 85% del nuevo préstamo para capital de trabajo. Y será de hasta 70% para empresas con ventas entre mil 25 UF y 100 mil UF anuales, y de hasta 60% para empresas con ventas superiores a 100 mil e inferiores a 1 millón de UF anuales.
También se indicó que las empresas beneficiadas deberán utilizar estos recursos para sus necesidades operativas y de capital de trabajo, como pago de remuneraciones, arriendos, proveedores, obligaciones tributarias y otras necesidades para mantener operativas sus empresas durante la emergencia y retomar la normalidad de sus operaciones una vez superada la crisis.
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