La tranquilidad de la gozan algunos sectores de La Serena como la Avenida de Mar y la Plaza de Armas, por dónde muchas personas pasean o transitan porque viven cerca o acuden a su trabajos, se ha visto amenazada por un sujeto de apariencia europea que aborda chicas desprevenidas solicitando información sobre direcciones, para luego tratar entablar una relación, que en muchos casos ha terminado en acoso y hostigamiento, incluso en episodios de violencia verbal y amenazas de muerte con arma de fuego.
Es lo que le ha ocurrido a casi una decena de mujeres, que se han encontrado con este hombre en su camino, y que después de sufrir violentos episodios de acoso y amenazas, empezaron a contactarse entre ellas e incluso crearon un sitio en Instagram para denunciar a este sujeto @funa_psicopata_aleman luego de hacer varias denuncias en PDI, al sentirse vulneradas por un hombre que aún ronda libremente las calles de la ciudad.
Mi Radio se contactó con cinco de las afectadas para conocer en detalle sus historias, así como también recabamos la versión de la PDI y de una abogada experta en temas feministas para dar cobertura a esta denuncia y constatar que efectivamente se trata de una amenaza latente para muchas chicas jóvenes de la ciudad.
Perfil del sujeto
Todas nuestras entrevistadas, que prefirieron mantener sus nombres en reserva por el temor que aún sienten a que este sujeto las agreda y las persiga, coinciden en que es un hombre que tiene buena presencia, que llama la atención por su aspecto físico, “es atractivo, alto, pelo y ojos claros, habla respetuosamente y persuade” señalan, también aducen que nunca les infundió miedo o temor al abórdalas por primera vez, por eso muchas de ellas accedieron a darle su número de teléfono con la intención de conocerlo más y entablar una relación.
Sin embargo, al poco tiempo se dieron cuenta de que había algo extraño en su forma de ser, principalmente por el acoso que comenzaron a experimentar de manera repentina, todas coinciden en que les empezó a hablar por WhatsApp de forma muy insistente y obsesiva, a llamarlas a todas horas de muchos números diferentes, luego empezaron las agresiones verbales y ha seguirlas a sus lugares de trabajo, domicilios, casas de familiares y lugares que transitan regularmente, generándoles una sensación de temor permanente.
Otro dato relevante que les llama la atención es que dice tener variadas profesiones como militar de la legión extrajera francesa, historiador, enólogo, somelier, profesor y abogado; sin embargo varias de las denunciantes se percataron que no tenía trabajo alguno o sólo lo han visto haciendo encuestas y captando clientes en el centro de la ciudad durante los últimos meses.
Según los datos que las mismas afectadas han recopilado el origen de este hombre sería chileno alemán, de sus experiencias deducen que llevaría al menos dos años viviendo en el país, algunas de ellas sospechan que viene escapando de su supuesto país de origen y de otras ciudades de Chile en las que habría vivido por cortos periodos como Santiago, Quillota, Viña del Mar y Cahuil cerca de Pichilemu, en todos estos sitios habría tenido parejas y él mismo les señaló que con todas tuvo problemas, incluso a una de las victimas supo que había estado detenido en la capital por hacer tocaciones a una mujer en la vía pública.
En La Serena y Coquimbo sus lugares de residencia constatados por las denunciantes son un departamento que arrendaba atrás del Casino Enjoy en el sector de Peñuelas, dónde tuvo problemas con los conserjes y administración por tratarse de un tipo violento, incluso habrían tenido que recurrir varias veces a Carabineros para resolver algunos conflictos que él generaba al interior del condominio. Su última localización sería en el sector Puertas del Mar de acuerdo a las declaraciones que ellas mismas han recopilado en redes sociales.
Testimonios
El caso más impactante y que está actualmente en Fiscalía ingresado hace sólo una semana después de dos denuncias en la PDI, es el de una amenaza con arma de fuego.
La afectada relata que lo conoció en mayo del 2019 en el sector de peñuelas cerca del casino Enjoy, se le acercó preguntado precisamente dónde quedaba ese lugar, que no conocía por ser extranjero y que quería hacer amigos porque no conocía a nadie en la zona, “se veía súper decente y agradable, le di mi número y no pasaron ni 30 minutos y ya me estaba mandando mensajes”. Dice que al principio no sospechó nada malo y empezaron a salir juntos.
Pero, lo peor vino cuando lo invitó a una casa que le prestó un amigo en el Valle de Elqui, a la que fueron junto con su hermana, ahí había un arma que tenía el propietario del inmueble para defensa personal. “Hicimos un asado en la noche y él sacó el arma con la excusa de defenderse de animales salvajes, diciendo que él sabía ocupar armas, empezó a jugar con el arma a dispararle a rollos de servilletas”. Señala que en el momento en que trató de pasarle un encendedor y él no logra tomarlo, se enoja y empieza a insultarla “hasta que me agarra del cuello y me pone el arma en la cabeza, yo lo que hice fue irme en la psicológica no demostrarle miedo y tratar de calmarlo durante 15 minutos. Cuando suelta el arma yo corro a esconderme y me voy a la casa dónde estaba mi hermana. El también se dirigió hacia allá y dijo que había tirado el arma, suplicaba que no llamara a la policía”.
Tras ese incidente lo expulsó de esa casa y luego de eso no supo más de él hasta un mes después, cuando le manda un mensaje, diciendo que había cometido un error y que por favor no se supiera, que estaba tranquilo aquí en Chile, amenazándola con que conocía a su actual pareja y que le iba a hacer algo.
La joven señala que no interpuso la denuncia de inmediato porque “tenia miedo de que lo llamaran a declarar y que después me matara o me hiciera algo en la calle”, además agrega que “yo pensé que se había ido de la ciudad después que pasó este incidente en el valle, pero lo empiezo a ver con distintas chicas cerca de la avenida del mar y en el centro de La Serena”
Cuenta que a fines del año pasado la contactó una amiga que supo que había estado con este hombre, contándole que ella también y la convenció de que fueran a la PDI a poner la denuncia “fuimos pero me dijeron que lo mío había pasado hace mucho tiempo y que no se podía interponer una denuncia, que tenía que haber sido en el momento, cuando me amenazó con el arma o me amenazó de muerte y en esa oportunidad se cursó sólo la denuncia de ella y luego la PDI le dijo que no había amenazas suficientes para poder seguir con el tema”.
La otra joven que acudió e esa ocasión a poner una denuncia en PDI cuenta una historia bastante similar, lo conoció en la Avenida del Mar y se le acercó con la misma excusa de preguntar por una dirección, empezaron a salir pero a los pocos días notó actitudes extrañas que le llamaron la atención: “una vez cuando lo quise ir a visitar, los conserjes de su departamento trataron de impedirme el acceso de forma muy insistente, ahora entiendo, porque después supe que él ya había tenido problemas en ese edificio y tuvieron que llamar a Carabineros, los conserjes ya lo conocían, llevaba muchas y diferentes mujeres a su departamento, había sido violento. Pienso que el fondo los conserjes me estaban cuidando”.
Agrega que “cuando terminé con él me llamaba de noche y me amenazaba diciendo que si no estaba con él no iba a estar con nadie, me dijo desde hoy tienes un punto de mira en la frente, esto yo lo fui a denunciar porque sabía que había sido militar, luego incluso amenazó a mi hermano y a su polola”.
Estas dos afectadas que casualmente eran amigas, fueron quienes realizaron la denuncia juntas por primera vez en la PDI en noviembre de 2020. Al ver que no obtenían respuesta y saber de otros casos similares comenzaron la funa de este sujeto en redes sociales, es ahí cuando este hombre se contacta nuevamente con una de ellas para volver a amenazarla “que sacaran la información de redes sociales o me pasaría algo muy malo a mi y mi familia, me dice que la policía no tiene cómo probar nada en contra de él, así que él va a seguir haciendo de las suyas”. Es así como el 16 de abril, misma fecha en que nos contactamos con PDI para averiguar de este caso, vuelven a denunciar “yo muestro el registro de llamadas, me piden redactar la denuncia por correo y finalmente me llega un mensaje que la ingresaron a fiscalía”.
Jóvenes con miedo
Otras mujeres con casos similares de acoso, amenazas y persecución también quisieron exponer sus vivencias para que esto no le siga pasando a otra chicas. Una de ellas cuenta que alcanzó a salir 4 días con este sujeto a principios del 2020 y que cuando quiso cortar contacto al darse cuenta de sus actitudes obsesivas, la amenazó diciéndole: Ten cuidado yo soy militar algo te puede pasar, yo tenía mucho miedo, me daba miedo salir, me iba a dormir donde amigas, porque él sabía dónde yo vivía y me interceptaba cuando salía con amigos , no sé cómo sabía dónde yo estaba, me sentí intimidada por alrededor de 6 meses, sabía dónde yo trabajo y rondaba afuera” Cuenta además que cuando comenzó otra relación, este hombre se contactó con su pololo “le dijo el número de su patente, el nombre de su mamá”. Señala que también fue a la PDI, “hice la denuncia por acoso e intimidación en enero de 2020 y nunca me llamaron”.
Otra estudiante de derecho de 24 años, nos cuenta que trabaja en un estudio jurídico en el centro de La Serena, por lo que transita regularmente por el sector de la plaza de armas. En diciembre 2020 caminando hacia su oficina la intercepta este tipo “me pregunta por la dirección de La Recova, después me dice que le había llamado mucho atención y pide mi número”. Explica que la invitaba insistentemente a salir, pero por el tema del Covid se negó siempre, incluso lo bloqueaba, pero cambiaba de número y le volvía a hablar.
Relata además que “sabía mis horarios de salida del trabajo, la hora que yo iba a hacer trámites, me trataba de interceptar, me esperaba constantemente, me mandaba mensajes a todas horas, yo ya no quería salir a la calle, me ponía muy nerviosa, me estaba afectando emocionalmente. Sufrí acoso durante todo el verano, hasta que le dije que estaba saliendo con alguien, que me dejara tranquila y dejara de acosarme para poder hacer una vida normal y tranquila sin miedo”.
Denuncias y posibles acciones legales
Para conocer el estado de estas denuncias nos contactamos con PDI, el Comisario Fabián Anguita, jefe de la Brigada de Investigación Criminal de La Serena señaló mediante un comunicado: “A través de denuncias interpuestas por dos ciudadanas chilenas, la Policía de Investigaciones de Chile tiene conocimiento de situaciones que han afectado a dos mujeres a quienes se les acerca un ciudadano extranjero mientras pasean por la vía pública”.
“El varón, luego de entablar conversación con sus víctimas, logra ganar cierta confianza y cercanía sentimental. No obstante, con el transcurrir de los días su actitud cambia y se torna agresivo y enfermizo, llegando incluso a amenazar de muerte a una de sus víctimas. Asimismo, La PDI a través de su oficina de análisis criminal se encuentra desarrollando las diligencias necesarias para identificar a estar persona y dar con su paradero, y de ambos hechos ya se ha puesto en conocimiento al Ministerio Público”.
Aunque la PDI señala que sólo tiene dos denuncias sobre este caso, varias de las afectadas señalan que fueron a poner denuncias, pero no fueron escuchadas o admitidas. Por ello y para darles una orientación sobre las acciones legales que se pueden seguir en estos casos, nos contactamos con Carolina Tello, abogada de la organización feminista ABOFEM, quien explica que “se pueden presentar 100 escritos y no tener ningún resultado, lo mejor siempre es sacar las denuncias a la luz pública, para que se tomen acciones en forma más rápida, ha habido intentos de femicidio con denuncias anteriores por acoso que no se han considerado”.
Además, señala que “una denuncia va a ser mucho más lenta que si ellas se querellaran, podrían hacer una querella conjunta en tribunales de garantía, pero lamentablemente el acoso no es un delito, tendría que ser por un tipo de agresión, pero el éxito de la querella tampoco se puede asegurar, porque son delitos poco comprobables, según lo que ha dicho muchas veces la fiscalía”.
La profesional agrega que “es decepcionante la legislación chilena al respecto, porque no tienen ninguna protección al no estar tipificado como delito el acoso, hay rienda suelta para un montón de conductas que después quedan en la impunidad, el acoso sexual callejero recién se tipificó hace dos años, pero también es una figura débil porque la dificultad probatoria es enorme. Además, está el hecho de que el imputado tenga derecho a guardar silencio y no decir nada en el juicio y no coopera, en cambio la víctima tiene que rogar para que la escuchen, es una situación injusta”.
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