Cada 28 de julio se destaca a nivel mundial el Día Contra la Hepatitis, una enfermedad que según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) padecen unos 240 millones de personas en el planeta. Esta enfermedad consiste en una inflamación del hígado, la que puede ser provocada por varias causas, entre ellas, medicamentos, productos herbarios, hasta lo más habitual que es el contacto con el virus. Las hepatitis virales son diversas y están catalogadas desde la letra A hasta la E.
En esta materia es importante hacer hincapié en los matices que presenta cada tipo de hepatitis. Según indica la doctora Maria José Rojas, Gastroenteróloga del Hospital de Coquimbo “hoy en día conocemos distintas tipologías para describir esta enfermedad, la más común es la hepatitis A, la cual es más frecuente que se transmita y propague en países o comunidades con malas condiciones sanitarias de salubridad, donde hay hacinamiento por ejemplo ya que se desata a nivel orofecal y produce una inflamación que suele ser transitoria pero que en algunos casos llega a insuficiencia hepática lo cual puede incluso producir la muerte.”
Sin embargo, las que revisten de mayor atención para el sistema de salud y donde están puestos los esfuerzos es en aquellas cuya prevención, diagnóstico y tratamiento focalizan el accionar. En este sentido, la gastroenteróloga destaca las hepatitis de tipo “B y C ya que son las que cronifican y son las que nos traen más problemas a nivel de salud pública, porque son pacientes que con el tiempo van a desarrollar cirrosis hepática, por lo tanto, requerirán mayores cuidados, atenciones y una mayor inversión y recursos teniendo en cuenta además el riesgo de desarrollo de la hepatocarcinoma”, concluyó Rojas.
Justamente estas complicaciones son las que derivan muchas veces en tener que considerar la vía del trasplante de hígado como la única alternativa, sin embargo, limitaciones como el número acotado de donantes, largas listas de espera y posibles complicaciones son una barrera difícil de sortear.
“Debemos atacar la prevención sobre todo en 3 líneas, en primer lugar, mantener estilos de vida y alimentación procurando la higiene y salubridad; segundo, tener una vida sexual responsable ya que la trasmisión se puede generar por relaciones sin protección o a través de un trauma (herida) en zonas erógenas, y finalmente sabemos que tenemos un problema de salud pública respecto del alto consumo de alcohol, por lo tanto, ahí también debemos estar alertas” finalizó Rojas.
Principales recomendaciones preventivas
La prevención es fundamental para evitar la diseminación de la hepatitis es por eso que la profesional entrega algunas recomendaciones a tener en cuenta según la cada manifestación de la patología:
Hepatitis A
- Lavado de manos con agua y jabón, en las siguientes situaciones
- Antes de preparar o consumir alimentos
- Después de ir al baño
- Después de cambiar pañales
- Después de tener relaciones sexuales
- Adquirir o consumir alimentos solo en locales comerciales autorizados por la autoridad sanitaria.
- Limpieza diaria de artefactos del baño con agua y cloro
- Consumir carnes, pescados y mariscos bien cocidos.
- Lavar muy bien frutas y verduras, especialmente si se comen crudas.
- Consumir solo agua potable. Si no dispone de ella, hervirla durante 1 minuto antes de consumir.
- Evitar contacto oral con deposiciones durante las prácticas sexuales
Hepatitis B
- Uso de preservativos, relaciones sexuales seguras (pareja mutuamente única, uso de preservativo, abstinencia)
- No compartir jeringas
- Vacunación
Hepatitis C
- Realizarse tatuajes en lugares autorizados
- No compartir jeringas
- Uso de preservativos, relaciones sexuales seguras (pareja única, uso de preservativo, abstinencia).
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