Esta semana se conmemoró el día mundial de la prevención del ataque cerebrovascular, por lo que el Servicio de Neurología del Hospital San Pablo de Coquimbo refuerza que es fundamental evitar los factores de riesgo de esta enfermedad, considerando que en nuestro país el ACV se posiciona como la principal causa de muerte, y también como la segunda causa de mortalidad prematura.
Un ataque cerebrovascular (ACV) se puede clasificar en dos tipos: isquémico, que se produce cuando una arteria del cerebro se tapa y sin previo aviso deja de recibir sangre, generando un infarto en esta zona (conocido como trombosis) o bien, de tipo hemorrágico, cuando la arteria se rompe y sangra (lo que se llama derrame), generando graves consecuencias en el organismo.
En el país, el ACV se posiciona como la principal causa de muerte, y también como la segunda causa de mortalidad prematura. Los especialistas lo señalan como una enfermedad silenciosa pues, aunque sus síntomas pueden aparecer de forma repentina, las causas generalmente se presentan muchos años antes en las personas. Por eso es importante conocer los factores de riesgo.
Con este fin, es que cada 29 de octubre de conmemora el día mundial de la prevención del ataque cerebrovascular. Una patología donde el tiempo es fundamental para poder disminuir sus consecuencias.
El ataque cerebral isquémico, que es el tipo más frecuente en la población, abarcando el 80% del total de los casos de ACV en nuestro país, tiene signos neurológicos focales que son claves para enfrentar la patología a tiempo. Estos son muy claros y reconocibles, según señala el doctor Carlos Soto, jefe del Servicio de Neurología del Hospital de Coquimbo “un trastorno del lenguaje repentino con dificultades en la comprensión de este; un déficit neurológico o la pérdida de la fuerza en las extremidades del lado izquierdo o derecho, y también trastornos de la coordinación motriz, es decir, que el paciente podría tener dificultad para caminar o en el uso de sus extremidades, son los signos más frecuentes e identificables de un ataque cerebrovascular”.
El tiempo de reacción es fundamental, señala el especialista. Según los protocolos actuales de manejo, hay horas definidas para poder aplicar las terapias en un caso de ACV, estableciéndose entre 3.5 y 4 horas como máximo, desde el inicio de los síntomas hasta la toma del escáner de cerebro, para poder realizar el procedimiento llamado trombólisis. “Hay un viejo adagio popular que dice: el tiempo es cerebro. En cada minuto de un accidente cerebrovascular se mueren millones de neuronas. Por eso mientras más rápido se actúe, es fundamental”, mencionó el neurólogo del recinto porteño.
Secuelas neurológicas
Los defectos neurológicos que permanecen por un tiempo prolongado, habitualmente por más de 6 meses, y se quedan de manera permanente, pasan a denominarse secuelas. Y estas se pueden ocasionar tras un ataque cerebrovascular.
La cantidad de secuelas que pueda tener un paciente que sufre esta patología, dependerá de diversos factores, entre los que se encuentran: el tiempo transcurrido desde que es detectado por un especialista; la edad del paciente, donde a mayor edad mayor puede ser la cantidad; el tamaño del infarto cerebral, y la localización que este tenga en el cerebro.
Según afirma el Dr. Carlos Soto, los ACV no se heredan, pero si lo hacen los principales factores de riesgo que pueden llevarnos a un ataque cerebrovascular y que son los mismos que se conocen para las patologías cardiovasculares como lo son, por ejemplo, las enfermedades crónicas no transmisibles. “Es fundamental que la persona tenga una presión arterial normal, una glicemia normal, es decir, evitar la diabetes y la hipertensión
o tratarlas; un peso saludable; no fumar; mantener un perfil lipídico adecuado, y ojala tener una vida no sedentaria. Por eso el rol fundamental es de cada persona y su autocuidado”, enfatizó.
El Hospital de Coquimbo cuenta con una atención de especialistas en neurología permanente “tenemos un servicio de neurología para atender a los pacientes hospitalizados, pero también contamos con una residencia neurológica para casos que llegan de urgencia. Es decir, que tenemos especialista de turno las 24 horas y los 7 días de la semana”, comentó el jefe del servicio porteño.
¿Qué se debe hacer si hay signos de un ACV en una persona?
Al respecto, el equipo especialista del hospital, indica consultar en el centro de salud de urgencia más cercano que cuente con un médico. Asimismo, recomienda no perder tiempo dando fármacos o intentar disminuir la presión arterial de la persona afectada, hasta que sea visto por un especialista. Recuerda que el tiempo es clave.
Además, puedes identificar los síntomas más comunes de acuerdo a la escala de Cincinnati:
- Simetría facial: pida a la persona que sonría y observe si esta es normal o se le cae la mitad de la cara en forma aguda.
- Dificultad para levantar los brazos: pida que levante ambos brazos y observe si uno queda más elevado que el otro o no es capaz de levantar alguno.
- Evaluación del lenguaje: pida que repita una oración. Si no puede hablar, arrastra las palabras o las utiliza de forma incorrecta, podría estar ante la presencia de un ACV.
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