El Embalse Puclaro que se encuentra solo a un tercio de su capacidad, fue el escenario escogido por Aguas del Valle para hacer un urgente llamado a tomar conciencia sobre la sequía.
“El nivel que hoy tiene el embalse Puclaro, es sólo una muestra de la profundidad de la crisis que estamos viviendo. Queremos llamar la atención sobre la urgencia de construir acuerdos y trabajar juntos para enfrentar esta realidad. Estamos desplegando todos nuestros esfuerzos para que no falte el agua en los hogares, pero la situación sigue avanzando y exige a todos los actores de trabajar colaborativamente de cara a la próxima temporada. Como ciudadanos también todos tenemos que hacer un consumo más responsable”, dijo el gerente regional de la sanitaria, Andrés Nazer en un encuentro con la prensa, en la que presentó el escenario de la región.
Sostuvo que los índices son complejos, “la red de embalses de la región cuenta con solo un 18% de acumulación. El embalse Puclaro, se encuentra en un 32% de su capacidad total y de no llover podría llegar a su nivel mínimo a fines de la temporada. En Limarí, La Paloma llega apenas a un 15,1%; y en Choapa, El Bato no supera el 5,7%, y ya se encuentra bajo el nivel de descarga por gravedad”.
En Combarbalá se ha debido trasladar agua en camiones aljibes desde Ovalle para mantener el servicio para más de 2.700 hogares, pues las fuentes en la zona están tan deprimidas tras más de una década de sequía, que no dan abasto.
“No somos conscientes, pero hemos estado muy cerca de racionar agua. Si no hubiéramos construido en 2021 la conducción desde Salamanca a Illapel, hoy la capital provincial estaría sin agua potable. Fue una obra de $6.000 millones que nos permitió dar continuidad al servicio”, recordó Nazer.
Hoy la sanitaria sigue desarrollando una serie de obras para reforzar el servicio: construyendo 15 nuevos pozos y sondajes, compra y arriendo de más derechos de agua, pero “si no llueve este invierno la situación será aún más grave y el racionamiento es una posibilidad que está sobre la mesa”. Situación preocupante, pues de no registrarse precipitaciones en la conurbación de La Serena y Coquimbo habría racionamiento de agua en el mes de noviembre.
El ejecutivo recordó que los medios de comunicación son fundamentales para relevar este tema y generar conciencia de la necesidad de adaptar tanto los hábitos en casa como la actividad económica a esta nueva realidad. “Somos un desierto y tenemos que aprender a vivir en esta nueva condición y hacer cambios profundos desde ya”, comentó.
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