Con el llamado “28 días, tiempo para cuidar y amar” la Organización Panamericana de Salud se encuentra impulsando una campaña sobre los cuidados que merecen los recién nacidos, algo que cobra especial relevancia en un contexto de pandemia que sigue en evolución. De esta forma, el organismo busca entregar directrices sobre mantener una buena salud en bebés, tanto a madres, familias y cuidadores. De acuerdo a cifras del mismo organismo, al menos 255 neonatos de menos de un mes mueren a diario en América Latina y el Caribe. Aunque en Chile la tasa de mortalidad neonatal es la más baja de la región, fue de 4,4 fallecimientos por cada mil nacidos vivos en 2020 de acuerdo al Banco Mundial, es importante tomar las medidas necesarias para resguardar estas vidas.
Dentro de los cuidados y prácticas que se buscan educar están el contacto piel con piel, la lactancia materna exclusiva, alimentación de la madre, vacunas, anomalías congénitas e higiene. “Garantizar y ofrecer una atención de calidad a las familias es un deber ético que el personal de salud tiene. Así también, es importante asegurar la participación de los padres en el cuidado de los bebés para proporcionar oportunamente información y vigilancia”, afirmó Mildred Mayr, enfermera y fundadora de Grupo Medical.
En esa línea la profesional llamó a no olvidar el lavado de manos. “Los primeros días de vida son claves para los bebés y más aún en tiempos de pandemia es vital tomar los resguardos necesarios. Lo prudente sería evitar las visitas y el contacto físico con personas ajenas al hogar, de lo contrario, la higiene, anclada en un lavado de manos constante, será central para protegerlo de cualquier virus y especialmente del Coronavirus”, señaló la profesional de salud, y añadió que “por eso, lo recomendable es que cada vez que se acerque al niño o a la niña una persona que venga del exterior, o cuando alguien reciba encomiendas, se lave las manos por al menos 25 segundos”.
De acuerdo a la enfermera, en contexto de Covid-19 es muchísimo más importante para la realidad de un bebé prevenir, pues no es tan sencillo reconocer los síntomas de la enfermedad como en los adultos. Los niños y niñas menores a un año no han aprendido, por ejemplo, a respirar adecuadamente, por nariz y boca, por lo que ese ejercicio lo concentran en la nariz. “Hay que poner atención si es que un niño presenta fiebre, tos, dificultad respiratoria, aleteo nasal y hundimiento de costillas. Todos estos son signos sugerentes de enfermedad respiratoria grave, en cuyo caso deberá ser llevado de inmediato a un servicio de urgencia”, concluyó Mayr.
Cabe destacar que la OPS lanzó una aplicación con información dirigida a padres, familias y trabajadores de salud, con consejos para la atención de bebés, como también un documento que servirá a los países de la zona con lineamientos técnicos para políticas públicas que mejoren la salud de los recién nacidos.
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