Cinco requerimientos de indultos por razones humanitarias tramita actualmente la Defensoría Regional de Coquimbo en favor de condenados del penal de Huachalalume en La Serena y que aspiran a ser acogidos, como ocurrió en el caso de Byron Soto de 22 años, cuya solicitud fue aprobada la semana pasada, siendo el primer indulto otorgado por el Presidente Gabriel Boric.
Las gestiones son realizadas por el equipo de abogados y asistentes sociales de la defensoría penitenciaria a través de audiencias en tribunales, elaboración de informes sociales y periciales, entrevistas, reuniones con Gendarmería y visitas a los condenados.
La defensora penitenciaria, Carla de Borguie, indicó que todas las solicitudes son por razones de salud graves, de las cuales una ya fue presentada el año pasado y las otras cuatro están próximas a enviarse al Ministerio de Justicia. “Todos están fundamentadas según el artículo 6° de la ley 18.050 que en casos calificados y por decreto supremo el Presidente de la República prescindirá de los requisitos establecidos en esta ley siempre que el beneficiado esté condenado por sentencia ejecutoriada y no se trate de conductas terroristas”, explicó.
La profesional aclaró que este tipo de indulto, en caso de ser autorizado por el Presidente de la República, no significa impunidad. “Si es acogido el interno no pierde su condición de condenado y su pena termina cumpliéndola bajo otra modalidad pero fuera de un recinto penitenciario” especificó.
Indulto por cáncer terminal
La abogada señaló que la petición ya presentada de K.C.C. expone diversas patologías de salud complejas en la zona torácica abdominal que lo mantienen en silla de ruedas sin movilidad en sus piernas. “La última información de su caso es que el Servicio Médico Legal realizó una pericia solicitada por el Ministerio de Justicia y luego el Presidente Boric deberá pronunciarse si otorgar o no el beneficio”, apuntó.
Los otros cuatro casos se presentarán en corto plazo y las peticiones aducen diversas enfermedades graves de carácter físicas y de enajenación mental que mantiene a los condenados internados en el hospital del complejo penal Huachalalume con un importante deterioro físico, reducida movilidad y alimentación inadecuada.
Sin embargo, dijo de Borguie, el caso más dramático es el de M.C.B. de 81 años cuyo diagnóstico es de cáncer de próstata grado 5 en su etapa terminal, antecedentes que esperan presentar a la máxima brevedad. “Lamentablemente ha ocurrido que los indultos por razones médicas son acogidos cuando ya la persona falleció, esperamos este no sea el caso y el interno pueda concluir sus días de manera digna junto a su familia y no al interior de una cárcel”.
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