“Estaba cuidando a mi esposa, como todos los días, y de pronto, sentí que algo se me había desprendido en el estómago, provocándome un repentino e intenso dolor, que a los pocos minutos, me dejó sin aire”, son los duros recuerdos de quien debió someterse a una inédita y compleja cirugía en el Hospital de La Serena para sobrevivir.
Luego de permanecer dos meses hospitalizado y con tres cirugías en el cuerpo, este hombre de 61 años oriundo de Peralillo contaba los minutos para regresar a su hogar, cuidar a su amada esposa y disfrutar de la compañía de sus hijos y nietos. “Estoy feliz de volver a mi casa recuperado porque tengo mucho que seguir entregando todavía. Me siento muy agradecido de todo el personal del hospital porque me cuidaron cada día, desde el funcionario que barre hasta los cirujanos que me venían a ver y daban ánimo para seguir adelante”, comentó emocionado.
Este hombre del interior del Valle del Equi sufrió una disección aguda, o rompimiento de la aorta, a la altura del tórax y una aneurisma o protuberancia de la misma arteria en el abdomen. Dos cuadros complejos y mortales que afectan a la principal arteria que transporta y distribuye sangre y oxígeno, dando origen a casi todas las arterias del sistema circulatorio y permitiendo el funcionamiento de prácticamente todos los órganos del cuerpo.
Esta patología es tan poco frecuente como lo fueron las tres intervenciones a las que debió enfrentarse. “Es la primera vez que se hace este tipo de procedimientos en la Región de Coquimbo. Estos cuadros deben ser intervenidos rápidamente porque el aneurisma tiende a crecer y a romperse. Cuando ello ocurre, la mortalidad de los pacientes es muy elevada”, precisó el doctor Cristóbal Larraín, Jefe del Servicio de Cirugía y del equipo vascular periférico del establecimiento serenense.
La enfermedad que aquejó a este hombre “le ocurre, en promedio, a 40 personas por cada 100 mil habitantes y cuando rara vez son diagnosticados, se derivaban a Santiago o Valparaíso, debiendo enfrentar importantes tiempos de espera por la alta demanda que existe en los centros de referencia a nivel nacional. Si estos pacientes no se intervienen, al año las posibilidades de fallecer son del 8% y al cabo de 5 años, aumentan dramáticamente al 100%”, explicó el doctor Larraín.
Así como Ramón, otros pacientes también han tenido que vivir duros momentos como estos, realidad que con esta cirugía comienza a quedar atrás gracias al vital trabajo del equipo de cirujanos vasculares periféricos del Hospital de La Serena que permitirá ofrecer un diagnóstico y tratamiento más oportuno a los pacientes de la región.
Con entusiasmo y ganas de seguir creciendo, está este equipo de cirujanos serenenses, conformado por los médicos Cristóbal Larraín, Cristian Pozo y Fernando Velásquez. Con esta cirugía queda de manifiesto el avanzado camino que han recorrido en el desarrollo de la técnica vascular en el hospital de la capital regional.
“Como equipo, estamos contentos porque es una cirugía súper grande y técnicamente muy compleja. Para lograrla, hay que dominar todos los pasos previos, como la revascularización de las arterias digestivas y renales, tener un buen dominio de la cirugía endovascular aórtica – y que en este hospital se han hecho más de 40 procedimientos endovasculares previos – lo que representa la consolidación de un proceso de crecimiento, y a la vez, es el inicio de nuevas posibilidades para nuestros pacientes. Esta intervención se realizó sólo con profesionales médicos del establecimiento, sin ayuda o acompañamiento de equipos externos, lo que nos tiene muy satisfechos y orgullosos”, relató el cirujano.
La compleja cirugía
Esta es una cirugía híbrida y muy compleja que se realiza en tres tiempos quirúrgicos distintos, es decir, el paciente debió ser operado en tres ocasiones con un total de 16 horas en pabellón. “Para lograr algo de este nivel, se requiere de una gran coordinación con otros equipos del hospital, como los anestesistas, que deben asistir al paciente durante la operación para evitar serias complicaciones. Así como ellos, también fue clave el apoyo de los equipos del Servicio de Pabellón y de la Unidad de Paciente Crítico, sin ellos nada de esto habría sido posible”, destacó el doctor Larraín.
La primera cirugía, que duró alrededor de 7 horas, permitió hacer un by pass o unión de las arterias aorticas abdominales. En un segundo tiempo, se le practicó otro by pass para despejar el arco aórtico, y por último, se le realizó un procedimiento endovascular para cubrir toda la aorta con endoprótesis para evitar que la aneurisma creciera y se rompiera. Las dos primeras intervenciones fueron cirugías abiertas que se realizaron en los pabellones centrales y la tercera correspondía a un procedimiento endovascular, que se llevó a cabo en el pabellón especializado de hemodinamia y electrofisiología del recinto de salud, el único en su tipo existente en la región.
Actualmente, Ramón se encuentra en buenas condiciones, a pesar de que la operación a la que se sometió fue de alto riesgo. “Todo salió muy bien, por lo que se espera que continúe haciendo su vida normal y se mantenga en control con nosotros”, explicó el médico tratante.
Finalmente, el jefe del Servicio de Cirugía resaltó que el Hospital de La Serena ha avanzado significativamente en materia de tratamientos endovasculares, de la mano de los equipos de cirujanos y cardiólogos, por lo que se proyecta que en el futuro nuevo establecimiento puedan contar con un pabellón híbrido, que les permita realizar desde este tipo de procedimientos hasta cardiocirugías en un sólo lugar y con todo el equipamiento necesario.
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