A partir de marzo de este año, las más de 120 unidades educativas de la Junji Coquimbo comenzaron a funcionar 100% presencial, siguiendo de manera estricta las medidas sanitarias establecidas por la autoridad de salud, sumando a ello, una serie de estrategias generadas por los mismos equipos pedagógicos para promover la asistencia de niños y niñas, donde se involucra activamente la participación de las familias en este proceso, como primeros agentes educativos.
Desde la oficina de Buen Trato de la institución, la asistente social, Fabiola Álvarez, señala que “se requiere de un acompañamiento y un proceso de adaptación, que demanda la necesidad de trabajo conjunto entre las familias y equipos educativos, donde se debe transversalizar la tranquilidad, seguridad y resguardo para toda la comunidad educativa; y en especial favorecer una cultura sensible y de respeto hacia los ritmos y particularidades de cada niño y niña”.
En esa línea, Álvarez destaca que el eje conductor en todo el accionar, es el bienestar integral de los niños y las niñas, y la contención socioemocional que requieren por parte de los adultos, debe focalizarse en un acompañamiento y mirada sensible para responder a sus necesidades.
Desde la perspectiva de la neurociencia, la encargada del jardín infantil Los Conejitos de Monte Patria, Fernanda Gómez, quien además es candidata a magister en esa temática, resalta un aspecto importante que se relaciona directamente con la asistencia de los párvulos.
“Conocer el desarrollo del cerebro infantil se torna importante, tanto para los padres, educadoras/es y profesionales que interactúan con los niños, con el fin de ser mediadores eficientes, capaces de modificar su conducta y entregarles los estímulos y motivaciones necesarios para potenciar y estimular adecuadamente cada una de las etapas de su desarrollo”, argumenta.
Por su parte, Ximena Galaz, encargada del jardín infantil Castillito de Arena de Coquimbo, destaca las estrategias realizadas por el establecimiento para fomentar la presencialidad.
“Mantener una comunicación fluida con cada familia, llamar por teléfono, visitas domiciliarias, video llamadas del grupo de compañeros, visitar junto a los niños y niñas al párvulo que no está asistiendo (si la situación lo permite), promoverá una asistencia continua al jardín, permitiendo que la experiencia educativa sea placentera”.
Las claves
• Establece una rutina diaria, lo que permitirá al niño o niña ir reconociendo e incorporando en su día a día, elementos que le ayudan a organizar el tiempo, espacio y lugares para ellos cotidianos. Los más pequeños de la casa, necesitan estrategias concretas para elaborar sus experiencias.
• Favorecer la vinculación con otros niños, niñas y equipo educativo, potenciará su vida en comunidad, relaciones interpersonales y habilidades sociales, además de fortalecer su autoestima y generar bienestar socioemocional.
• El ser parte de las jornadas diarias, potencia el juego, exploración y aprendizajes, favoreciendo su desarrollo cognitivo, psicomotor y socioemocional.
• Tener asistencia diaria, favorece la vinculación entre los equipos educativos y las familias, lo que promueve tener un conocimiento por ambas partes, además de generar acciones y estrategias conjuntas para apoyar los distintos procesos que viven los niños y niñas, siempre con la mirada puesta en su bienestar integral y desde la promoción de ambientes bien tratantes.
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