De acuerdo a los pronósticos previos al invierno realizados por el Boletín Climático del Ceaza, el año 2022 estaría marcado por la continuación y agudización de la extrema sequía que ha estado experimentando la Región de Coquimbo durante los últimos 4 años. Sin embargo, durante el mes de julio ocurrieron dos sistemas frontales que hicieron subir inesperadamente los montos de precipitaciones en toda la región provocando que se acerquen a los valores históricos normales.
En este contexto, existen varias interrogantes por responder y que resultan esenciales para la gestión del agua y nuestro entendimiento del comportamiento del clima. La primera de ellas es ¿Por qué si se esperaba un año tan seco nos encontramos en una situación de casi normalidad?
Cristian Muñoz, modelador para aplicaciones de Geociencias del Centro Científico Ceaza explicó que “los pronósticos estacionales se realizan con meses de anticipación en base a simulaciones numéricas de diversas instituciones, las cuales se promedian para dar el escenario más probable para la Región de Coquimbo. Esto significa que eventos particulares no pueden ser pronosticados con tanta anticipación ni precisión en cuanto a los montos de las precipitaciones”.
El especialista indicó que “en todo el mundo diversas instituciones meteorológicas generan simulaciones basadas en los datos actuales y nosotros en Ceaza analizamos esta información para hacer pronósticos estacionales, es decir, cómo será el otoño o el invierno en la Región de Coquimbo, por ejemplo. Pero, si se produce un conjunto de fenómenos que coinciden para producir eventos poco usuales para determinadas zonas, los modelos de pronóstico a escala estacional no los van a reproducir”.
Origen de las precipitaciones
¿Cuál es la causa de las abundantes precipitaciones ocurridas en junio? El profesional del Ceaza explicó que “en el caso de los últimos sistemas frontales que llegaron a la Región de Coquimbo, la inusual cantidad de agua caída obedeció al desarrollo de vaguadas. Estas vaguadas son áreas alargadas de baja presión atmosférica que transportan aire frío desde latitudes altas hacia latitudes medias y que en este caso se extendieron más hacia el norte de lo habitual, moviendo a su vez el vapor de agua desde la zona centro – sur de Chile (en donde se encuentran típicamente durante el desarrollo de un sistema frontal en Chile) hacia la zona centro y norte”.
El modelador para aplicaciones de Geociencias del Ceaza indica además que procesos similares ya han ocurrido anteriormente, como por ejemplo los eventos que causaron los aluviones en Atacama en marzo del 2015. “En ese caso, la llegada de una baja segregada a un océano costero anormalmente cálido, sumado al aporte de humedad desde zonas tropicales, favorecieron la ocurrencia de precipitación muy intensa en dicha región”.
Situación después de las precipitaciones ¿Aún estamos en déficit?
Luego de estas abundantes precipitaciones, la interrogante que surge es acerca de la situación hídrica en que queda la Región de Coquimbo. ¿Aún vivimos un déficit hídrico? ¿o quedamos con un superávit?
Cristian Orrego, coordinador del área meteorológica del Ceaza señaló que “dependiendo del lugar, los montos actuales están en distintos niveles de superávit. Por ejemplo, en La Serena se han registrado 88 mm de los 60 mm esperados para la fecha, en Ovalle 150 mm de los 70 mm y en Salamanca 154 mm de los 133 mm. Así ocurre en general para toda la zona no cordillerana. En el caso de la cordillera, existe un problema para saber si estamos en montos normales, porque no existen mediciones históricas, en el Ceazamet tenemos algunos datos, pero sólo de los últimos años y lo que podemos decir está relacionado con ese espacio de tiempo. Así actualmente los 3 puntos en los que medimos en cordillera y consideramos representativos de las cuencas (Tapado en Elqui, Tascadero en Limarí y Casa del Encanto en Choapa) han acumulado más de 200 cm de nieve en los eventos de este año y al dia de hoy se encuentran con más de 1 metro de nieve, lo que es un cambio muy significativo con el año pasado”.
Para ejemplificar esta situación, Álvaro Ayala, investigador del Laboratorio de Glaciología del Ceaza, comentó que “en julio de 2021 la acumulación de nieve en la estación El Tapado (4306 m.s.n.m.) era de menos de 30 cm. La estación El Tapado se encuentra cercana al glaciar del mismo nombre y la altura de nieve que registra actualmente permite suponer que la acumulación de nieve sobre la superficie del glaciar es también superior a la de los años anteriores. Esta nieve cumple un rol muy importante para el glaciar pues no sólo aumenta su masa sino que también “protege” a la superficie de hielo de la radiación solar, moderando su derretimiento en la temporada de verano”.
Caudales de ríos
¿Cómo impactarán las precipitaciones de este año al sistema hidrológico en los próximos meses? Es otra de las interrogantes que surgen luego de estas abundantes precipitaciones.
Cristian Orrego, encargado del área meteorológica del Ceaza detalló que “este año tenemos nuevamente caudales en mínimos históricos y embalses a niveles ínfimos. Esta ha sido la tendencia durante el presente año 2022, pero por los montos de precipitación, niveles de nieve y de cobertura nival sabemos que los caudales van a estar mucho más altos este año con respecto a los 3 anteriores”.
“Debido a que en los últimos años los pozos se han estado secando, incluso teniendo un año normal, no podríamos decir que en este año los caudales serán normales ya que estos sólo representan las aguas superficiales y en años como este, parte importante de las aguas recargan los acuíferos en su parte subterránea también. Sin embargo, lo que sí podemos decir es que probablemente habrá más agua disponible que en el periodo 2019-2021, incluso en el escenario en donde durante el resto 2022 no se produzcan más precipitaciones”, agregó.
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