Con el objetivo permanente de identificar propuestas de intervención en el corto, mediano y largo plazo para enfrentar la crisis hídrica que afecta gravemente a la Región de Coquimbo, la comisión Especial de Emergencia Hídrica del CORE contó esta semana con la presencia de Erik Schulak Yánez, Jefe de la oficina regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), quien dio cuenta de un análisis del panorama hídrico regional, centrado en la conurbación La Serena – Coquimbo, para lo cual plantea el diseño de una Matriz Hídrica que considere las diversas formas de reúso de aguas servidas que hoy día se descargan al mar, la que mediante un tratamiento especial puede solucionar la problemática de falta de agua, utilizando para riego y/ industria.
El funcionario presentó la propuesta, partiendo de la base de un escenario pesimista, donde no hay lluvias, ni precipitaciones de aguanieve suficiente como para mejorar la recarga natural de los acuíferos, ni tampoco hay una acumulación de agua en el embalse Puclaro, lo que hace que el permanente uso del recurso que hacen los regantes y la sanitaria origina que el volumen del embalse Puclaro disminuya gradualmente cada año. Indica que en ese escenario los acuíferos del Elqui disminuirán en su cantidad de aguas subterráneas, porque solo se está consumiendo agua, pero no se está inyectando agua al sistema.
Otros antecedentes aportados por el jefe de la Oficina regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, en la conurbación La Serena-Coquimbo existen dos emisarios, uno en La Serena, y otro en Coquimbo, los que en conjunto tienen un caudal medio anual de aprox. 1.100 litros/ seg, siendo este un potencial de agua que se podría recuperar para otros fines y no disponerlos al mar.
Agrega que, para aquello, lo primero es realizar modificaciones a la normativa que permita el uso de estas aguas servidas tratadas, definir las actividades permitidas, como riego, recarga de acuíferos, potabilización o industria y se establezcan las responsabilidades administrativas, es decir tener claridad del modelo de negocio. Luego, se debería ampliar el sistema de filtración con el cual se podría recuperar esos 1.000 litros por segundo de aguas que dejan de ser aguas servidas para transformarse en aguas servidas tratadas, que es la condición base para riego.
Schulak sostiene también que esas mismas aguas servidas tratadas, pueden ser sometidas a un tratamiento posterior de mejoramiento y convertirlas en aguas regeneradas, que son para usos más específicos como la potabilización. De esa forma se podría reincorporar esas aguas al balance hídrico y suplir el déficit que se está generando debido a la falta de precipitaciones. Sostiene que “la idea es diversificar, abrir las alternativas para el abastecimiento. Hoy día La Serena y Coquimbo se abastecen solo de aguas superficiales o aguas subterráneas y ambas se están acabando y no podemos esperar a que se acaben para decir que hago ahora. Tenemos que prepararnos para ese escenario y en ese escenario debemos tener alternativas. La alternativa que estaba es la planta desaladora o la alternativa que hemos presentado ahora y que es hagamos un reúso de las aguas servidas, démosle un valor y de esa forma aumentar el balance hídrico para La Serena y Coquimbo”.
Para el consejero Darwin Ibacache, presidente de la comisión especial de Emergencia Hídrica “es importante conocer este tipo de exposiciones, porque hoy en día se está hablando de esta matriz que considera la utilización de aguas superficiales y aguas subterráneas. Estamos claro que no nos va a alcanzar el recurso ahora, lo que hace pensar que en un futuro va a ser mucho más complejo debido a los flujos de agua existentes. Por eso, es bueno conocer estas alternativas, yo creo que con estos 4 ejes podríamos de una u otra manera garantizar el consumo de agua a la población para diferentes tipos de uso”.
El consejero indicó que, dado a que el presupuesto regional no alcanza para pensar en este tipo de inversiones, la comisión y el pleno del CORE, elevará una solicitud al ministro de Obras Públicas, para plantearle esta inquietud de la comisión de que efectivamente existan obras que en el futuro garanticen el consumo de agua potable para la población. Por eso dijo, la comisión está abocada a sostener la mayor cantidad de diálogo posible con todas las instancias relacionadas con el tema, como la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) y las Juntas de Vigilancias, para conocer el estado de los embalses, y en base a toda esa información hacer una planificación que garantice obras necesarias que aseguren el recurso agua para el consumo humano.
Consultado respecto al rol que cumpliría el Gobierno Regional y en particular la Gobernadora Krist Naranjo sobre esta materia, el consejero dijo que “como CORE le pedimos una sesión extraordinaria, le pedimos un Plan de Recurso Hídrico, el cual nos presentó, pero no estuvimos de acuerdo en ese plan, porque básicamente tenía medidas paliativas respecto a lo que necesitamos como región, porque son muy pocas las familias que serán beneficiadas con ese plan y es muy poca la intervención que se va hacer a nivel macro. Entonces, creemos que es insuficiente, por eso decidimos tomar las riendas de esta situación y llevarlo a otras cúpulas del Gobierno, que nos puedan escuchar y poner las alertas necesarias para concretar acciones prontamente”.
“Por otro lado, la Gobernadora ha propuesto un manejo de cuencas y no sabemos cuándo se va a iniciar. Es posible que ahora se pueda hacer porque hoy día hay caudal, pero organismos especializados como CEAZA y otros nos indican que en los próximos años no vamos a tener agua, por eso es necesario establecer esta alerta”, terminó diciendo el consejero.
Desaladoras la solución
Otra opinión es la de Tatiana Castillo, consejera regional y vicepresidenta de la comisión especial de Emergencia Hídrica, quién señaló “que el sistema actual y la obligación del concesionario es disponer de agua para la conurbación, pero es sabido por todos que la crisis hídrica va en un avance y lamentablemente no tiene retroceso. Es una realidad que nos lleva a realizar un balance hídrico, y ese balance nos indica que desde hoy y hasta el 2026, los números, lamentablemente, pese a que se recuperen aguas grises y todo lo que se pueda sacar de los acuíferos, nos lleva a decir que para el año 2026 vamos a tener un déficit hídrico de alrededor de 450 metros cúbicos por segundo”.
“Por lo tanto, en este plan que tiene que existir para la conurbación, es necesario poner en avance y en gestión su ejecución para tener agua para los próximos años, no queda más que decir que la última alternativa y ocupando todas las obras anteriores ya mencionadas, es solamente realizar la planta desaladora que tiene un tiempo de construcción de 22 meses y una puesta en marcha de unos 6 meses a un año más, por lo que tendríamos los tiempos justos, pero la decisión tiene que ser tomada ahora, para lo cual ya se tienen todos los análisis y avances tanto técnicos como científicos y el apoyo del Consejo Regional”, concluye la consejera.
Cabe considerar que en esta misma sesión estuvo presente la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) cuyos profesionales presentaron los resultados de un Estudio Técnico Económico Comparativo entre la instalación de una Planta Desaladora y Una Planta de Reutilización de Agua Depuradas, aportando resultados sobre la efectividad de uno y otro y los puntos más recomendables de localización en las bahías de Coquimbo y La Serena.
La comisión Especial de Emergencia hídrica del CORE se encuentra ad-portas de cumplir su cometido, no obstante, su presidente Darwin Ibacache, señala que es probable que se solicite una extensión del plazo o dejarla de manera permanente, porque si bien ahora llovió, eso es algo que no garantiza tener agua en los próximos años, de allí que tengan que trabajar soluciones concretas para atender las necesidades o los probables racionamientos de agua en las provincias de Limarí y Choapa, que son las que han sufrido tempranamente la falta del recurso.
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