Para este sábado 15 de octubre, al mediodía, el puerto de Coquimbo recibirá el primer crucero de la temporada 2022-2023. Se trata de la nave FRAM, con 100 pasajeros y 80 tripulantes, que recalará en la única terminal marítima multipropósito de la Región de Coquimbo, iniciando un ciclo de 22 embarcaciones de este tipo que llegarán a la zona entre octubre 2022 y abril del 2023, según la planificación naviera del TPC.
Durante la temporada pasada, el puerto de Coquimbo recibió solo un crucero, debido a la lenta reactivación de esta industria, tras la irrupción de la pandemia por el Coronavirus. En la temporada 2019-2020 recalaron unas 23 naves y 38.914 personas (entre pasajeros y tripulantes) llegaron a la principal terminar portuaria de la región, lo que representó un 20% más en relación a la temporada anterior.
La llegada de un crucero no solo es un impulso a un área específica de la actividad turística, sino que activa a diversos servicios públicos que reciben a los pasajeros y tripulantes de estas embarcaciones, tales como PDI, Aduanas, Carabineros, SAG, entre otras, además de toda una la cadena de proveedores de servicios que acompañan a sus pasajeros, puesto que cada “crucerista” destina unos US$100 en el lugar de detención.
Los 100 pasajeros recorrerán distintos puntos de Coquimbo y La Serena durante las cuatro horas que tiene prevista la detención de la nave FRAM. Entre ellos, el Fuerte Lambert, la Cruz del Tercer Milenio, la avenida Costanera, el sector de Guayacán, el Cementerio Inglés, La Herradura, en la ciudad puerto. Mientras que La Recova, el Faro Monumental, el Museo Arqueológico, la avenida del Mar y los ejes de las calles Cordovez y Pedro Pablo Muñoz, en el casco histórico de La Serena serán los destinos en la capital regional.
Cabe destacar que el puerto de Coquimbo se encuentra inscrito en dos rutas. La primera es la oferta de destinos de cruceros “Costa Oeste”, que nace en Miami (Estados Unidos), cruza el Canal de Panamá para acceder al Pacífico, y se detiene por distintos puertos antes de llegar al Callao (Perú), el último puerto antes de ingresar a Chile. El otro circuito es “Cono Sur (Patagonia)” que corre por el Atlántico en distintas terminales, antes de llegar a Ushuaia, y acceder al país por Punta Arenas.
Generalmente, los viajes en los cruceros se agendan con al menos un año o dos años de anticipación, y cada temporada trae un mínimo 16 naves. El 30% de los pasajeros de estas naves de lujo consumen productos turísticos en la zona, principalmente vinos, pisco y artesanías en base a lapislázuli. Incluso, parte de la tripulación que trabaja en los cruceros también genera gasto. Y el mercado es potente para Coquimbo, pues se generan divisas cada 60 minutos, ya que son turistas que no están más de cinco a seis horas en el destino. Una vez arribados, los pasajeros realizan programas de viajes que se tienen contratados con anterioridad, con tour operadores locales que los llevan incluso a los valles de Elqui y Limarí.
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